El 24 de septiembre se celebra en nuestro país el Día del Colectivero en conmemoración del comienzo de la actividad en nuestro país. En 1928, un grupo de taxistas ideó una nueva forma de llevar los pasajeros a sus destinos y desde ese entonces, los números de sus líneas tiene un sentido particular ¿Cómo se definen?
Para conocer la historia de los colectivos y sus números tenemos que remontarnos a los primeros pasos en septiembre de 1928. En una Argentina atravesada por una crisis económica, los taxistas vieron reducida su clientela a manos de los tranvías y los ómnibus, que tenían tarifas de menor costo. De allí surgió la idea de utilizar los vehículos para realizar viajes compartidos, con recorridos fijos y tarifas fraccionadas.
La flamante propuesta de transporte fue todo un éxito y los distintos colectiveros no tardaron en identificar sus trayectos a través de números y, algunos pocos, nombres. Para definir esos números, muchos se basaron en el libre albedrío y así se dio una importante superposición de líneas 1, por ejemplo. En tanto que otros, decidieron hacer trayectos similares a los de los tranvías y los ómnibus y copiaron su numeración para aprovechar la referencia.
Sin regulación alguna, en esos comienzos se dieron hechos insólitos productos de las peleas o separaciones de algunos grupos de colectiveros, como la creación de la línea 0 por parte de algunos expatriados de la línea 1, o la creación de la línea 36 para "redoblar la apuesta" de la 18.
Ya en 1932, y debido a las presiones de las compañías tranviarias, el Estado se hizo cargo de regular las características y el ordenamiento de los colectivos, otorgando nuevas "identidades" a los vehículos. Así, todas fueron reordenadas del 1 al 69, según la culminación de sus trámites regulatorios.
Sin embargo, la habilitación de la línea 70 volvió a causar desajustes. La compañía tardó un largo tiempo en completar la adecuación, ya que contaba con más de 100 vehículos, y reclamó un cambio de número. Debido a la importancia de la línea, se le permitió circular como la 1A.
El crecimiento exponencial de los vehículos y de la población urbano llevó a diversos proyectos y conflictos entre los colectivos y Estado, que generaron más modificaciones en la correlación númerica. Finalmente, a finales de la década del '60 el esquema de transporte público se simplificó para evitar las repeticiones constantes de numeración, que en muchos casos generaban dudas en los pasajeros.
La resolución 750 de la Secretaría de Estado de Transporte determinó una nueva organización que comenzó a regir desde el 2 de enero de 1969. Allí se estableció que las líneas de colectivos bajo jurisdicción nacional se ubicaran en la númeración entre el 1 y 199. Con un conflicto similar, la Provincia de Buenos Aires adhirió a la medida y ordenó sus empresas entre el 200 y el 370.
Asimismo, en el Conurbano bonaerense, donde cada municipio tenía su línea 1, la reestructuración llegó con números por encima del 500 y hasta 751, determinando una porción de esa franja para distintos partidos.