Nicolás Mattioli, hijo del reconocido artista Leo Mattioli, estuvo involucrado en un trágico accidente de tráfico que resultó en la muerte de una ciclista. El incidente ocurrió mientras el cantante regresaba de dos presentaciones en Rosario, cuando su camioneta color gris colisionó con la mujer en Santo Tomé. Lamentablemente, la joven falleció en el acto, según informes de medios locales.
Tras el choque, Mattioli se detuvo y rápidamente se acercó para intentar ayudar a la víctima, mientras que los vecinos del área alertaron a las autoridades sobre el ruido del impacto. Al llegar la Policía de Orden Público y los servicios médicos del SIES 107, confirmaron el deceso de la ciclista.
El medio Uno Santa Fe reportó que, tras el incidente, la Policía preservó la escena y comenzó a investigar, revisando las cámaras de seguridad de la zona. Se llevarán a cabo peritajes criminalísticos para esclarecer las circunstancias del accidente.
Por su parte, Nicolás Mattioli se entregó a las autoridades y permanecerá a la espera de los resultados de las pericias, bajo la supervisión de la Jefatura de la Unidad Regional I de la Policía de Santa Fe, que se encarga del caso.
Nico Mattioli: "Yo no quería trabajar con mi viejo, pero le terminé diciendo que sí y ese fin de semana hicimos 13 shows"
"Siéntate, hijo mío, y escúchame. Sé que eres chico y quiero que empieces a entender", le cantaba Leo Mattioli a Nicolás, su hijo mayor, usando a la cumbia como una hamaca para aquel niño que hoy sigue sus pasos y escribe a su propio ritmo su historia dentro del mundo de la música. Porque en 28 años, Nico logró vencer el apelativo "hijo de" para erigirse en su propio estilo y habló con El Destape sobre el legado del león, y la importancia de que esté más vivo que nunca.
Nico lleva una vida tranquila en Santo Tomé. A la mañana lleva a su mujer al trabajo y después a su hija a fonoaudiología o la lleva al jardín. Toca la guitarra todos los días, lunes y jueves hace radio, los miércoles ensaya con su banda y martes y jueves juega a la pelota. "En la radio analizamos canciones, las tocamos con la guitarra. Tengo la vida organizada, no fumo más", reveló.
Nicolás empezó a perfeccionarse con la pelota y a tocar el acordeón, sonido santafesino por excelencia, a los 10 años y a los 11 ya estaba tocando en vivo con su padre. "Si no era el acordeón era la pelota. A los 11, 12 años arranqué con una banda que se llamaba 'Nico y los amigos del león', un grupo de chicos con los que hacíamos los temas de mi viejo. A mi papá le dio mucho miedo el tema de la ruta porque éramos chicos, más allá de que trabajáramos con gente grande", relató.
Justo, ese año me rajaron de la escuela y mi papá no quería que esté, por decir de alguna manera, un poco al pedo. Y me la hizo clara 'o volvés o trabajás conmigo'... Yo no quería trabajar con mi viejo, pero le terminé diciendo que sí y ese fin de semana hicimos 13 shows. La primera gira fue en Buenos Aires y yo empecé como acordeonista de mi papá, tenía 12 para 13 años", explicó.
Más adelante, Nico había quedado en Rosario Central a los 14 años hasta que una operación del ojo lo dejó afuera de la cancha y, allí, la música apareció como el llamado inevitable ya que tampoco se entusiasmó tanto con la aparecida posibilidad de jugar en Boca. "Las ganas de jugar al fútbol no eran lo mismo de antes, ya había conocido lo dulce de la música y de las giras", sentenció al tiempo que remarcó la satisfacción de haber respondido al llamado divino acompañando, primero, a su padre y después en su camino solista para que no se deje de hablar de amor desde Santa Fe hacia el mundo.