Gran Hermano es uno de los reality shows que más repercusión y éxito han generado en la televisión y en sus primeras ediciones el furor fue extremo. Una de las concursantes de la primera temporada del programa de Telefe acudió a los medios para contar pormenores que se desconocían al respecto.
Se trata de Tamara Paganini, quien quedó en el segundo lugar en la edición ganada por Marcelo Corazza, y recientemente acudió a Intrusos para dar su visión sobre la actual temporada del reality show, que dista mucho de la primera, emitida 23 años atrás.
“Llega un momento en el que las cámaras pasan a ser parte de mobiliario. No podés cuidarte de lo que decís 24/7. Aparte, en el Gran Hermano nuestro tampoco sabíamos que algo que dijéramos iba a tener tanta repercusión", aseguró Tamara sobre el comportamiento de las personas dentro de la casa de Gran Hermano.
"Nosotros nos puteábamos de arriba a abajo. Yo le pegué a uno adentro de la casa. No se podía, era romper las reglas. Me llamaron al confesionario y dije ‘lo haría de nuevo 3 y 10 veces más. Si querés echame'", continuó sobre el manejo de la producción con los concursantes que no controlan su ira. Y cerró: "La producción elige qué mostrar y qué no mostrar. Yo tengo un montón de cosas que pasaron y no la vieron ni por Direct TV. No se ve todo, siempre existe el botón de ‘apagá esta’. Si total hay 120 cámaras, que te apaguen 2, no cambia nada".
El descargo de Furia de Gran Hermano sobre su salud
"Tengo algo que es una verga, pero que no tengo que andar de tratamiento y por ende, como es nivel uno y no es en nivel cuatro, puedo seguir estando acá adentro. Chicos, tengo leucemia grado 1. Y no es joda, no es chiste. No es nada. No tengo que tratarlo porque está en nivel uno si eso no crece. Todos los meses me tengo que sacar sangre para ver qué onda", relató Furia ante sus compañeros en la casa de Gran Hermano. Y sumó: "Puede ser que a los cuarenta años me pegue el nivel tres y bueno, cagamos. Pregunté qué es lo que tengo que hacer y es lo que hago. Vida sana, que no fume tanto, porque ya saben lo que el cigarrillo hace. No puedo entrenar lo que entrenaba antes, o sea que no puedo ser atleta de alto rendimiento, pero sí puedo entrenar pero no cagarme a palos como lo hacía”.
Juliana intentó llevar tranquilidad a sus compañeros que no paraban de llorar y les aclaró que ella está bien. "Si no, no estaría acá adentro. Me hubieran internado y ya no podría seguir en el juego. Mi idea es seguir adelante con todo esto que es mi vida, igual que la de todos ustedes. Todos cambiamos nuestra vida por esto. Así que no se preocupen. Quiero que quede claro que este juego no hizo nada para que yo esté así, obvio. Yo creo que es por todo lo que me aguanté de mi familia", cerró.