Un integrante de Cocineros Argentinos, el reconocido ciclo de cocina de la TV Pública que fue dado de baja en las últimas semanas, rompió el silencio sobre esta triste situación. De un día para el otro y sin previo aviso, el ciclo de cocina fue eliminado por decisión de las autoridades del canal, dejando sin trabajo a todos los que formaban parte del equipo. La noticia generó un enorme impacto entre los televidentes, y ahora, una figura del ciclo dio su versión de los hechos.
Luciano García, quien formaba parte del programa, apareció en Instagram tras la polémica y compartió una serie de fotos de sí mismo cocinando en el programa. Con una enorme tristeza, manifestó: "Gracias, Cocineros Argentinos. Pasan los días, y la única palabra que puede definir tantos años de trabajo con amor en @cocinerosarg es GRACIAS!".
En este sentido, le agradeció "a cada uno de los que fue parte de este maravilloso camino, y a los que le dieron sentido, a cada cocinero de nuestro país". "Aprendí un oficio del que me enamoré", concluyó. El posteo se llenó de comentarios de tristeza por parte de sus seguidores, como "Lucho, sos un genio siempre nos diste los secretos para que podamos aprender. Te pusiste el programa al hombro y trabajaste sin parar" y "Se nos fue no uno de los mejores, sino el mejor y más infravalorado programa de cocina, con la mejor conducción de todas y no nos dimos cuenta lo rápido que pasó el tiempo... gracias, Cocineros Argentinos".
El triste descargo de Juan Braceli tras el fin de Cocineros Argentinos
"Significó mucho, por sobre todo, me permitió conocer toda la Argentina. Estuve en todas las provincias, y lo más importante es haber podido entrar en las casas de la gente, tanto de las y los cocineros profesionales, de productores, y de gente de a pie que mostró su cocina y sus costumbres”, comenzó diciendo Juan Braceli, en una charla con La Gaceta.
En este sentido, remarcó estar "más que agradecido" por "poder ver cómo somos, a lo largo y a lo ancho del país, con todas las diferencias culturales". "Me ha dado una riqueza enorme. Son 15 años de estar muy cerca, sin proponérnoslo, simplemente tratando de hacer una cocina inclusiva, sin complicaciones, nos hemos metido en el corazón de las casas. Lo agradezco infinitamente", reflexionó.
Luego, recordó una de sus mejores experiencias: "Son tantos lugares... por ejemplo en Rincón, en Catamarca, comí unas empanadas de charqui memorables. Las nombro y se me hace agua la boca. Con descendientes de diaguitas calchaquíes aprendimos a hacer todo el proceso del charqui". Y agregó: "A la vez eso derivaba en tamales. Recuerdo que en ese lugar como detenido en el tiempo, de tanta potencia, a la puerta de una casa había una piedra enorme, de más de dos metros de diámetro. Cuando te trepabas a la piedra veías el gran mortero y los morteritos socavados".
"Los usaban no sólo para moler sus hierbas medicinales sino también para calcular, poniendo agua y viendo cómo influían la luz de la Luna y del Sol, los tiempos de siembra y de cosecha. A mí me deslumbró: el hecho de que haya estado ahí desde siempre, que se haya transformado en mortero y en cultura pura de esos lugares originarios hace cientos de años", continuó, emocionado