Gran Hermano está pasando por uno de sus momentos más tensos. Dentro de la casa, la partida de Mora generó diferencias prácticamente irreconciliables entre Agustín y Lucila "La Tora". Justamente, ésta última fue quien se acercó al confesionario para anunciarle una drástica decisión al dueño del lugar.
Tras la eliminación de su amiga Mora, "La Tora" se mostró realmente apenada y furiosa al mismo tiempo. Su compañera se fue y en lugar de ella quedó Agustín, quien no dudó en pasearse por toda la casa celebrando su continuidad. Esto motivó a Lucila a acercarse al confesionario, sentarse en el sillón y comunicarle a Gran Hermano su decisión.
"Hola, Lucila", le dijo Gran Hermano a "La Tora", quien no dudó un segundo y exclamó: "Quiero hacer la espontánea". Este momento se vio en el debate del lunes, donde Mora fue invitada para analizar su paso por la casa junto a los especialistas. Aún no se sabe si su amiga logró hacer la nominación espontánea o si alguien "le ganó de mano" y fue antes que ella.
Gran Hermano: cuáles son las diferencias entre la nominación espontánea y la fulminante
A diferencia de los votos regulares que los jugadores hacen cada miércoles, en los que le dan 2 puntos uno de sus compañeros y 1 a otro, con la espontánea -que la pueden hacer el primer participante que pida su uso en el confesionario- se puede dar 3 y 2 votos, respectivamente. Y aunque no parece mucho, un solo punto puede hacer la diferencia a la hora de armar una placa de nominados.
Sin ir más lejos, uno de los casos más recordados es el de Marianela Mirra, quien cerca de la final de Gran Hermano 2007 usó este recurso contra Diego Leonardi, quien había sido su aliado y muchas veces protector dentro de la competencia. A pesar de que él no tenía sospechas de la tucumana, se enteró de su estrategia a raíz de un comentario que recibió desde el exterior de la casa. A partir de ese momento, "Male" se convirtió en una de las grandes revelaciones del juego.
En cambio, con la nominación fulminante no importa cuántos votos en total acumule la persona que la reciba, sino que irá directamente a placa. Aunque parece un arma potente dentro de la casa, en caso de que el destinatario de esta medida también reciba un buen número de votos de parte del resto de sus compañeros, no hace la diferencia. Por el contrario, queda desperdiciada la jugada.