Ariel Rodríguez Palacios vivió en carne propia el levantamiento de su programa Ariel en su salsa (Telefe) el pasado lunes 20 de noviembre. Aunque las razones que salieron a la luz indican que se debió a la cobertura de noticias de agenda política, la periodista Susana Roccasalvo se metió de lleno en el tema y lanzó una revelación atronadora.
En Implacables (El Nueve) la conductora analizó la cobertura mediática de la victoria de Javier Milei en las elecciones presidenciales y abordó el caso de Ariel en su salsa, programa que fue levantado el lunes 20 de noviembre y reemplazado por más horas del magazine de Georgina Barbarossa. “El lunes pasado se extendió el ciclo de Georgina, levantaron el programa de Ariel Rodríguez Palacios, el cocinero, por la actualidad, por supuesto, por el tema de las elecciones, del nuevo presidente. Así que bueno, les marcaba bien A la Barbarossa y se quedó Ariel Rodríguez Palacios batiendo huevos ¡Pobre hombre!", lanzó Roccasalvo.
"Él siempre usa mucho huevo. Lo dejaron ahí batiendo hasta que se hizo una cosa enorme ¡Y salió al otro día! Bueno, nada, en la televisión pasan cosas muy raras y, sobre todo, por el rating ¡Matan a alguien!”, sumó, con el tono irónico que la caracteriza. "Georgina extiende su programa hasta las 12.30, hoy no sale el programa de cocina. La actualidad manda", escribió De Brito días atrás dando así a conocer que Telefe extendía el programa A la Barbarossa para darle mayor cobertura a los temas de agenda nacional.
Desde su debut, Ariel en su salsa es una de las grandes sorpresas de Telefe y los buenos números de rating lo posicionan como uno de los programas más "apetecibles" para los televidentes en los mediodías. Al chef lo acompañan el periodista de espectáculos Nicolás Peralta y la mediática ganadora de MasterChef Celebrity 3 Mica Viciconte.
El drama del hijo de Ariel Rodríguez Palacios: "He vivido golpes"
Meses atrás en una entrevista con Por si las moscas (La Once Diez), Felipe "Pepo" Rodríguez Palacios contó el detrás de escena del trabajo diario que llevan adelante con su papá y recordó sus tiempos como estudiante de gastronomía y el cruel sistema de enseñanza que suele aplicarse en algunas instituciones: “Estudié en Francia, en restaurantes de comida francesa y comida japonesa, y la cocina es muy, muy, muy exigente. Cuando agarrás un pescado, tenés que saber que vale 400 euros y que si eso no sale al salón, te lo van a hacer pagar a vos”.
“Eso es la exigencia, pero también hay maltrato, violencia, he vivido golpes, como un correctivo, y hasta me han quemado con una pinza. La dejaron en un lugar calentándose y cuando fui a agarrarla me quemé. Hacés algo mal y te empujan ‘no lo hagas más’: he visto empujones, he visto de todo. Acá en Argentina eso nunca me pasó”, arremetió, sobre el lado B de lo que sucede en las cocinas francesas.