Matías Alé es uno de los mediáticos más icónicos de la década de 2000 y 2010. Sin embargo, sus apariciones públicas fueron disminuyendo luego del brote psicótico que sufrió hace (aproximadamente) siete años. Ahora, el protagonista volvió a la TV y confirmó las sospechas.
"Qué buen mensaje el de Sanz. Que un tipo talentoso y conocido mundialmente, forrado en dinero, es buenísimo. Lo mismo que la Princesita, Chano", comenzó diciendo Matías Alé, en Nosotros a la mañana. El exnovio de Graciela Alfano se refirió a las publicaciones de los cantantes mencionados sobre sus problemas personales, concientizando a la población sobre los mismos.
Sobre sus problemas de salud mental sufridos hace más de cinco años, Matías Alé sostuvo: "Yo no se lo atribuyo a la fama. Hablo en mi caso, desconozco el caso de los chicos. Desde mi humilde lugar traté de transmitir el mensaje de que se puede salir". En ese momento, confirmó que su fama disminuyó aunque la lucha por salir de situaciones similares creció: "El teléfono de mi psiquiatra lo pasé más que el de mi representante en los últimos años. Pero se puede salir, tuve una segunda oportunidad".
"La primera oportunidad te la dan, la segunda te la dan y la tercera no existe. Yo tengo la fortuna y la suerte de tener una madre que es una guerrera. Si no hubiera sido por ella no hubiera salido. Por su pareja, por mi hermano, amigos, los médicos. Mi pilar más importante fue el de mi madre", manifestó Matías Alé.
Matías Alé se quebró en llanto al hablar de su mamá
Matías Alé estuvo como invitado en Mañanísima, el programa conducido por Carmen Barbieri, y se quebró en llanto al hablar sobre su madre Elena, quien lo sostuvo siempre en sus momentos más difíciles, especialmente a fines de 2015, cuando le dio su primer brote psicótico.
El actor explicó que, junto con su hermano, su mamá fue la única persona que estuvo realmente presente para él durante aquel duro momento personal. Con una gran culpa, reveló también que la hizo “sufrir muchísimo” en reiteradas ocasiones. Mientras hablaba sobre su mamá, se largó a llorar y Carmen lo contuvo frente a las cámaras.
Sobre aquellos días de internación, relató, con lágrimas en los ojos: “Cuando yo estaba internado, ella me venía a ver. Teníamos una hora y media de visita, pero cuando se iba, la clínica cerraba las puertas. Yo lo único que quería era que llegue de nuevo el miércoles. Me acariciaba la frente y se quedaba conmigo hasta que yo me dormía. Sin mi mamá, no hubiera sido posible estar bien”.