Quién es Laura Ubfal, la periodista que de chica soñó con ser Diputada y hoy es analista de Gran Hermano

En diálogo con El Destape, la periodista Laura Ubfal analizó el fenómeno Gran Hermano, opinó sobre la actualidad del oficio y repasó su vida.

16 de enero, 2023 | 15.48

Laura Ubfal es una verdadera señora del espectáculo. Su paso por decenas de magazines y paneles de radio y televisión construyeron su mirada afilada en torno a la vida de los famosos. La actualidad la tiene como una de las analistas de Gran Hermano (Telefe), el reality más visto de la televisión abierta, donde aporta su mirada en los juegos y estrategias de los participantes, a la par que discute con los demás miembros del panel. En diálogo con El Destape, la periodista analizó el fenómeno Gran Hermano, opinó sobre la actualidad del oficio y repasó su vida.

- ¿Te afecta el hate y los memes que hay sobre vos por tu participación en Gran Hermano?

A las redes les presto la atención que se merecen, sabiendo que son importantes porque todo el mundo tiene derecho a opinar y eso genera una democracia mediática. Cuando yo daba seminarios de Periodismo les decía a los alumnos la suerte que tenían de vivir en este tiempo, donde cualquiera, con muy pocos recursos, puede tener su programa de radio o su canal de Youtube y no tienen que esperar, como fue mi caso, a que una empresa los contrate. Desde ese, punto me gusta mucho la democracia de las redes, pero también me causa gracia todo lo que se genera en torno mío.

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Cuando surgió lo de ‘Laura al 9009’ me generó risa, hay gente que todavía no entiende que a mí no me pueden eliminar porque fui elegida por la producción. Pueden repudiarme, detestarme u odiarme pero no me pueden mandar a placa.  Por otro lado, es impresionante el cariño de la gente que me para en la calle, desde chicos a mujeres y hombres adultos que ven el programa. Estuve el otro día en la obra de Casados con Hijos y no podía salir: ese es el fenómeno Gran Hermano. La repercusión que está produciéndose con esta temporada es insuperable.

- Entonces, ¿nunca le respondiste a algún troll?

Para nada, no bardeo a nadie. Es más, Santiago del Moro me dijo ‘no le contestes a nadie Laura, hacemos 20 puntos’. Y no lo dice por el éxito, sino en el sentido de que las redes son una plataforma de descarga de odio, amor, lo que quieras. Adriana Amado -que es una gran socióloga- dice que lo que tiene de bueno Gran Hermano es que te da la posibilidad de eliminar a alguien, y es lo que uno quisiera hacer en su vida. Podés tenerle bronca a tu suegra, a tu empleador o a tu vecino y no lo podés rajar de tu vida, pero con el Gran Hermano, gastando 250 pesos, tenes la posibilidad de eliminar a alguien de la casa y ese es un placer que no tiene parangón.

- Un programa de televisión donde canalizar la violencia que hay en todas las personas.

Claro. ¡Qué suerte que existe Gran Hermano para que la bronca y la violencia simbólicas vayan hacía ahí!

- En los debates sos picante y eso te costó fuertes cruces ideológicos con Ceferino Reato o Marisa Brel, ¿corre mala onda entre los compañeros de trabajo?

Fuera de cámaras está todo bien con todo el mundo. Hay algunos personajes que no me banco con los que he tenido que trabajar en medios, y lo que creo es que son muy alevosos. Básicos. Cuando sos tan básico es fácil enfrentarte, porque para poder ser un tipo de derecha consistente, tenés que ser inteligente. Y no todos lo son. No me refiero puntualmente a mis compañeros de Gran Hermano, sino a la gente con la que me topé a lo largo de mi carrera. Siento que el problema es que no cazan los libros, no estudian, no leen. En su momento, el año pasado, recomendé a todo el mundo que fuese a ver la obra Network (basada en la película de 1976 con Faye Dunaway. Peter Finch y William Holden) porque te mostraba muy bien que si frente a una cámara reproducís discursos de odio, vas a tener éxito asegurado. No es difícil comprobarlo: si empezás a lanzar puteadas en televisión, sube el rating. Es inevitable, a la gente le llama la atención el escándalo y las caras de bronca de los personajes mediáticos.

- Igual, en el caso de tus compañeros de trabajo de Gran Hermano que mencioné no sé si hay personajes mediáticos. Siento que Ceferino Reato, por ejemplo, es un tipo de derecha que dice las cosas que piensa.

Sí, por eso lo enfrento bastante, porque no estoy de acuerdo con las cosas que dice y hace, pero tratamos de mantener un diálogo amable (risas). Con Marisa (Brel) el conflicto fue por el tema de Romina (Uhrig), la maternidad y las mujeres, más que con el pensamiento ideológico, desde el punto de vista política.

- Ella te amenazó con llevarte a la Justicia.

Estuvo muy enojada y dijo que me iba a mandar una carta documento, algo que nunca hizo, y un día me dijo ‘no quiero estar más peleada’ y me pareció perfecto. Yo no le guardo rencor a nadie, me parece que todo el mundo se puede equivocar y esto fue una pavada. Hay que aprender a no enojarse con el otro. Lo que yo le quise decir es que cuando ella hablaba de Romina, estigmatizaba y culpaba a todas las mujeres que tienen deseos en su vida y dejan a sus hijos por un tiempo. Nadie criticaría a un hombre que se va a la Base Marambio sin poder comunicarse con sus hijos, pero si en el mismo lugar estuviese una mujer la situación sería a la inversa. Las mujeres pasamos un montón de sometimientos y es por eso que valoro en Romina todo lo que hace por sí misma.

- A partir del debate de las mujeres y la maternidad los televidentes pudieron conocerte un poquito más, ¿cuándo fue tu despertar feminista?

Fue un despertar muy temprano, hace muchos años. Empecé en la gráfica y en la revista Vosotras, estoy hablando de la década del ‘80, hacíamos notas sobre el aborto. Era muy jovencita cuando con  22 años corregía las notas de Moira Soto, una genia de la que aprendí todo, Any Ventura, Ema Wolf y Ana María Shua, todas colaboraban en esa revista y todas fueron mujeres muy reconocidas. Nosotras hablábamos en ese momento de temas feministas. Lamentablemente, durante el feminismo hubo una reversión en los temas de género que tienen que ver con las mujeres, y luego esos debates se recuperaron con el kirchnerismo. Esa es una lectura política real que dan la historia y las leyes.

- Laura, en los paneles de magazines de televisión siguen siendo muy pocas las mujeres que trascienden ese rol y encaran proyectos propios, ¿qué lectura hacés sobre esta realidad?

En relación a este tema tengo una teoría. Creo que en el periodismo de Espectáculos en televisión hubo tres grandes escuelas: la primera fue la de Lucho Avilés, que formó a Tauro (Marcela) y Polino (Marcelo), entre muchos más; la segunda fue la de Jorge Rial, con gente más joven y dos alumnos brillantes que pertenecen a la tercera escuela, como lo son Ángel de Brito y Adrián Pallares. En esta última etapa se prioriza la integración, la paridad en los paneles, el respeto hacia los compañeros y la información. Ya no se persigue el chimento básico, ahora hay que chequear y saber relacionar información para generar interés en la audiencia.

Hay que saber de todo, no basta con quedarse en el chimento. Creo que el secreto para llegar al proyecto propio es no olvidarse nunca que uno es periodista, más allá del área en la que te especialices. Mi caso es un buen ejemplo, yo ahora hago Espectáculos pero empecé en Gremiales y Política.

- ¿Hay códigos de ética entre cronistas del espectáculo?, ¿te han robado primicias?

Por desgracia a veces la ética falla y eso provoca que mil veces me hayan robado primicias. En el caso de mi portal web, es una batalla constante contra los medios grandes que contratan a gente por dos mangos, que no alcanzan ni para un café con leche. Entonces, el problema es que cuando publico una primicia, a los dos minutos ya la levanta un medio que depende del Grupo Clarín sin citarte, y eso no te causa alegría. Poco a poco se han curado de espanto y ahora me citan a mí, pero no nombran al sitio web. Es un respeto profesional, yo trato de tenerlo siempre aunque a veces se me pase. A los únicos que no nombro son a alguna gente que está apareciendo en Twitter y es bastante irrespetuosa.

- Vuelvo a Gran Hermano y sus polémicas en torno a participantes como “Alfa” y Agustín, que encarnan pensamientos repudiados en las redes como la homofobia y el acoso. ¿La mirada del reality no sería contraproducente a las conquistas sociales y derechos ganados? 

Lo que más nos llama la atención a quienes analizamos Gran Hermano es que el afuera banque a “Alfa”, y lamentablemente parece que la gente no termina de entender que es un tipo homofóbico, gordofóbico, un tipo jodido realmente. Muchos se quejan y me dicen que deje de hablar de él, pero sucede que también tiene muchos grupos de apoyo afuera.

- ¿Los liderados por El Mago Sin Dientes?

Claro, por medio de grupos de WhatsApp. Sucede que “Alfa” tiene una posibilidad económica que no tienen otros participantes, de tener gente con poder y cierta ideología de derecha que lo apoya afuera. Vamos a ver hasta dónde llega.

- ¿Y no te parece peligroso que una persona así esté en el programa más visto de la televisión abierta?

No, porque Gran Hermano es una sociedad. Y en la sociedad, ¿cuántos “Alfa” hay? Es triste pero es la verdad.

- ¿A quién le ves más pasta de finalista del juego?

Me parece que los cuatro preferidos hoy son Romina, “Alfa”, Marcos y Julieta, pero las cosas pueden cambiar. Los últimos tiempos son los más bravos, hay gente que puede llegar a abandonar, se puede destapar Maxi, Daniela tiene posibilidades.

- El caso de Romina me parece muy interesante, empezó con perfil bajo, únicamente se sabía que había sido Diputada del Frente de Todos.

Se empezó a mostrar tal cual y eso gustó. Además, tejió un vínculo cariñoso con “Alfa” que, según Santiago del Moro, es un símbolo de que en la casa se terminó con la grieta. Agustín -que es de Espert (José Luis)- quiso hacerle una jugarreta política sin éxito, llenándole la cabeza a Thiago.

- Más allá de los cruces para el show, ¿entre los analistas se plantean estos debates de tipo ideológicos?

Bueno, me parece que un debate de este tipo fue el último que tuvimos sobre Thiago y su vida después de Gran Hermano. Ceferino dijo que ya le consiguió trabajo -’lo va a salvar’- en un gran supermercado, pero lo que nadie se planteó es que a lo mejor Thiago no quiere eso para su vida y sueña con ser famoso, desfilar o ser actor como todos los demás. ¿Por qué supuso él que va a querer trabajar en un supermercado y no como estrella de la televisión?, ¿no tiene derecho a hacerlo?

- ¿Se lo planteaste a Ceferino?

Todo no puedo, pero es un punto de vista que carga con prejuicios. Lo que me aclaró el señor Ceferino es que para entrar en el trabajo debería terminar el secundario, cosa que me alegraría por Thiago.

Quién es Laura Ubfal, la periodista que soñó con ser Diputada y hoy analiza Gran Hermano

- ¿Es cierto que antes de decidirte por el Periodismo querías estudiar Filosofía y Letras?

Sí. Veníamos de la dictadura cívico militar y la meta, cuando salías de la escuela, era entrar en una carrera universitaria. No tenía definido qué iba a estudiar, lo único que sabía era que me gustaba escribir. De hecho, pensé que quería ser Diputada. Me hubiera encantado hacer política pero el rosqueo es lo más lejos de mi personalidad, por lo que no hubiera durado mucho, me putearían como a Ofelia Fernández. Hubiese seguido en Filosofía y Letras para convertirme en escritora o guionista de no haber sido por una tía mágica que me propuso convertirme en periodista.

- Recién mencionaste a Ofelia Fernández, ¿hay referentes jóvenes o no jóvenes que te interesen en la discusión política?

Escucho y sigo a todo el mundo, me gusta la gente con la cabeza abierta, que hace el bien para la gente. Hay muchas mujeres fuertes en la política. Me gustan, por ejemplo, las leyes que hemos conseguido con Cristina Kirchner, desde el apoyo a Abuelas y Madres de Plaza de Mayo hasta su mirada para con las políticas de género.

- ¿Decir lo que una piensa en televisión cuesta caro?

Siempre dije lo que sentía, pero muchas veces con  mucha diplomacia. No llegué a Diputada pero sí a diplomática. Sé quién es quién y digo lo que pienso. Que en este momento Viviana Canosa entre a LN+ me parece una vergüenza, por ejemplo, porque por plata y rating no podés hacer cualquier cosa. Habrá gente que quizás no me llame por decir lo que pienso, y otros que sí, pero, citando a mi gran amigo Carlos Rottemberg, opino que no hay más periodismo. Ahora hay pagos de un lado o del otro y nadie se la juega por lo que piensa y siente. De lo que yo supe que era periodismo hoy no queda casi nada.

- Lo de Canosa es penoso

Es un ejemplo de lo que se puede hacer por un poco de poder. Medios que otrora fueron respetables como La Nación viran hacia esto. Es muy gracioso pensar que hubieran podido marcar mi historia: cuando La Nación, que hace muy malos negocios, compra Radio Del Plata, yo trabajaba en la emisora y recibí el llamado de Claudio Escribano, ex subdirector del diario en ese momento, quien me dijo ‘yo quiero que usted dirija el suplemento de Espectáculos de La Nación’. Le agradecí pero le respondí ‘¿usted me ve sentada con todos hombres de traje? Prefiero mandarlo por fax’, él se rió y después de un casting de muchísima gente le dijeron a Pablo Sirvén.

Hoy Pablo está fuera del canal, porque no le dejaron siquiera el espacio de una vez por semana que tenía para hacer reportajes. No lo quieren ni a Sirvén.Jamás empaticé desde el punto de vista ideológico con él, pero lo valoro enormemente porque es un gran profesional que terminó degradado por sus jefes. Es muy importante ser buena persona en el periodismo.

- Me interesa mucho tu paso por ShowMatch como jurado del reality, ¿la pasaste bien ahí?

La pasé genial y sigo siendo muy amiga de Marcelo, lo valoro mucho. Es un gran laburador que tuvo etapas mejores y peores, como todos.

- Durante tu paso por el Patinando Carmen Barbieri te llamó ‘gorda arrepentida’,  ¿esas peleas mediáticas eran reales o solo una pantalla?

Carmen es una gran artista, pero en esa época estaba medio envidiosa porque yo había bajado mucho de peso. Igual, nosotras nos adoramos y somos muy amigas.

- ¿Estás en pareja?

En este momento no, aunque tuve muchas parejas. También estuve casada sin anillos, porque estoy en contra de la institución, y tengo una hija hermosa que es actriz. Mi vida es divina solo que yo suelo hablar de las de los demás y no tanto de la mía.

- Entiendo pero, ¿te gustaría volver a enamorarte?

Elijo creer en el amor pero no me gusta convivir. Probé y jamás lo volvería a hacer, ya me sirvió de ejemplo (risas). Soy esclava de mi propia libertad, soy acuariana y necesito no explicarle a nadie a dónde voy y de dónde vengo, ni que tenga que estar lista la cena a tal hora. No me falta amor, ¿se me ve muy mal?