Mariano Iúdica se quebró en Polémica en el Bar tras vivir una fuerte experiencia: “Me sentí un viejo choto”

El presentador de televisión se dio la segunda dosis de la vacuna contra el Covid y contó un sentido relato sobre las horas posteriores a ese momento.

14 de agosto, 2021 | 09.30

Mariano Iúdica se dio la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus y relató una anécdota que vivió con su hijo las horas posteriores a su inoculación, que lo hizo reflexionar acerca del paso del tiempo. Con la cara de felicidad que supone haber completado su carga de anticuerpos ante el pandémico virus, el conductor se emocionó por la reacción de su hijo cuando los síntomas comenzaron a aparecer en su organismo.

“Yo la verdad que hoy en cualquier momento caigo redondo acá, me di la segunda dosis y me hizo mal. Pero pasó algo muy loco y es que me llevó mi hijo Salvador, que hasta ayer era un nene que dormía con los dedos adentro de la boca. Hoy me acompañó y me contuvo”, empezó el presentador de Polémica en el Bar, en alusión al cariño y contención que recibió por parte de su hijo de 14 años de edad.

Luego, Iúdica compartió una reflexión que obtuvo a partir de esa situación y lanzó: “Me sentí como cuando yo lo llevaba al colegio. ¡Me sentí un viejo choto! Primero habíamos ido a renovarle el documento a Salvador, para que se pueda vacunar él, y después yo ya tenía el turno para vacunarme. Le dije que se fuera a casa, pero él me quiso acompañar. Para mí es chiquito, pero hoy lo sentí grande”.

De esa manera, el ex conductor de Soñando por Cantar dejó en claro cuánto lo mueven los sentimientos por su familia y, una vez más, mostró su emoción al referirse a sus hijos. En cada oportunidad que habla de su descendencia, Iúdica deja una reflexión profunda que lo lleva a las lágrimas.

Su reacción ante la primera dosis

“Bienvenidos a Polémica en el Bar ¡Hoy más inmunizados que nunca! Astrazeneca, señoras y señores. La que se hizo en Argentina, en Garín, partido de Escobar. Este es el frasquito mío. Le queda un poquito ahí abajo. Me lo voy a guardar, espero que no se evapore”, había expresado el locutor, tras haber recibido el primer componente de la vacuna. Y concluyó: “Mi mujer, que tiene un sentido común superlativo, nos prohibió ir a cualquier aeropuerto a toda la familia, aunque nos costara la vacuna. Porque a lo mejor ese aeropuerto nos podía costar la enfermedad. ‘Nosotros nos la vamos a dar acá, como hacen todos los argentinos, no nos vamos a ningún lado’, me dijo. Yo me quería ir a dar como sea”.