Marcelo Polino fue entrevistado por Moria Casán en El Nueve y contó cómo fueron sus inicios en los medios, todas las dificultades económicas por las que pasó en su juventud y cómo logró trabajar de lo que siempre había querido. En un momento, reveló que su situación económica era tan límite que tuvo que dormir en una plaza.
Al hablar sobre el día en que decidió irse de su ciudad natal, Tres Arroyos, contó que tuvo bastantes dificultades ya que su familia no lo ayudó tanto como lo necesitaba en aquel entonces. Sin embargo, aclaró que nunca lo contó con rencor ni de una manera autocompasiva ya que siempre entendió que no tenían la obligación de hospedarlo en su casa para siempre.
“Vine a la casa de mis padrinos que me acobijaron. Después, al año, gentilmente me invitaron a que me retirara y no tenía donde vivir”, relató. Ante la mirada de sorpresa de Moria, continuó: “Y está bien, porque un pibe de 17 años que casi no lo conoces y se te queda un año en tu casa, llega un momento en que decís ‘agarrá la maleta y andate’”, reflexionó.
Como su camino en Buenos Aires ya estaba por la mitad, decidió no volver a su ciudad y seguir. “Dije: ‘Ya llegué hasta acá, me quedo’. Y hubo un momento en el que no tenía donde dormir y tuve que dormir en plazas. Pero yo nunca lo conté como algo triste, porque yo tenía un objetivo que era llegar a donde yo quería llegar”, agregó Polino.
Cuando Casán le preguntó si era verano o invierno, ya no que no se compara para nada el hecho de dormir en una plaza abajo del sol que en pleno invierno, él le respondió que era verano. “Fue en una placita cerca del Obelisco, porque como era chico tenía miedo de que me pasara algo y sabía que donde había luz y movimiento de gente por lo menos no me iban a matar”, cerró.
El día en que Marcelo Polino hizo su primera entrevista
Cuando Moria le preguntó sobre sus inicios en el periodismo, Polino le contó que su primer trabajo había sido de personal de limpieza en el medio Tal Cual. De a poco, fue escalando en su carrera a partir de una oportunidad que se le dio un día: hacer su primera entrevista. “Había que hacer una nota el fin de semana y el director dice ‘¿quién va el domingo?’. Nadie levantaba la mano, yo largué la escoba y dije ‘¿puedo ir yo?’”, recordó.
Las entrevistadas que le tocaron aquella vez eran dos hermanas gemelas que Gerardo Sofvich había encontrado para entrevistar. “Me anotaron 5 preguntas y eran dos hermanas gemelas que al nacer fueron separadas y dadas a distintas familias. Gerardo Sofovich las había encontrado. Entonces, yo fui a hacerle la entrevista a las hermanas”, cerró Polino.