Luis Zerda, el mediático exparticipante de Cuestión de Peso, reapareció en la televisión y no para hablar sobre su delicado estado de salud, sino sobre el alucinante hallazgo de más de 75 mil dólares en un basural de Las Parejas, su pueblo en Santa Fe. "Hay que excavar", sentenció con entusiasmo por encontrar más dinero.
Semanas atrás se dio a conocer una noticia que movilizó a todo el pueblo santafesino de Las Parejas: encontraron en un basural más de 75 mil dólares. Los habitantes del lugar iniciaron una búsqueda motivada por una carta hallada que precisa que en total hay "un billón de dólares".
Enardecido por la búsqueda del tesoro verde, Luis Zerda habló en un móvil con Nosotros a la mañana (El Trece) y reveló que pensó en ir al lugar para probar suerte. “Soy del pueblo y espectador, cuando dijeron ‘hay plata’, pensé que hablaban al pedo y cuando empezaron a salir dólares dije, ‘hay que excavar’”, señaló el exparticipante de la competencia Cuestión de Peso.
"Trae la pala y el pico”, le dijo Luisito al Pollo Álvarez, invitándolo a sumarse a su travesía. Con mucho humor, el conductor de la mañana de El Trece retrucó con un "habría que saber usarla”.
El calvario de Luisito, de Cuestión de Peso: "Tengo miedo de morirme"
Meses atrás, en una entrevista con Juan Etchegoyen (Mitre Live), Luisito reveló que tiene muchos problemas económicos como para poder afrontar los gastos de una dieta y ahondó en las complicaciones que le trae su obesidad. "Mi papá tuvo que hacerme una cama especial, el gran sobrepeso que yo tengo no resistía las camas que vienen ahora. El carpintero le aconsejó a mi papá que le ponga 14 patas a mi cama para que resista. Ahora duermo bien y descanso, no se me rompe. La solución no sería esa sino que pueda bajar de peso y no seguir poniéndole patas a la cama", apuntó Luis.
"Hoy en día todo es plata lamentablemente. Vivimos en una sociedad donde todo se rige por dinero y para ir al gimnasio o hacer una dieta tenés que pagar y yo no tengo entrada de dinero, si no fuera por mi mamá no tendría un plato en la mesa. Hay días que estoy bien pero hay días que no me quiero levantar literal de la cama. A veces no me quiero ni acordar porque fue feo".