Lucas Benvenuto rompió el silencio una vez más sobre Jey Mammón, a quien acusó de haber abusado de él cuando era apenas un adolescente. El joven hizo un nuevo descargo en el que brindó más detalles sobre el vínculo con el conductor, cuando tenía apenas 16 años.
Tras la filtración de los audios que le mandó a Mammón, Benvenuto reconoció que esos mensajes eran reales y que tanto él como su abogado los habían mencionado en todas las entrevistas. Aunque la causa ya prescribió en 2020, el joven hizo el tema público recién ahora e hizo un vivo para Instagram, en el que les contó a sus seguidores todo sobre el calvario que vivió durante años.
Durante esta nueva aparición, Bevenuto aclaró que tenía 14 años cuando Jey abusó sexualmente de él, pero 16 cuando lo manipuló psicológicamente y lo enamoró. Así, el joven despejó las dudas que surgieron a partir de aquel audio, en el que se escucha su voz diciendo que tenía 16 años y no 14. Además, enfatizó que Jey no fue el único culpable de que al día de hoy esté con tratamiento psicológico y psiquiátrico, a raíz de los traumas que le quedaron.
Las declaraciones de Lucas Benvenuto sobre Jey Mammón
- Creo que ya es momento de hablar. Amanecimos todos con la nota de audio, que ya se sabía, porque yo y mi abogado lo habíamos mencionado en entrevistas. Yo les quiero contar cómo es la historia de esa nota de audio. Voy a empezar mencionando algunas cosas del pasado. A mí se me quiere poner una bandera o una capa, como si yo fuese el héroe de desbaratar bandas de pedofilia. Díganme qué héroe me pudo sentir yo si desbarato tres bandas de pedofilia, una de trata y a los meses quedan libres. Pablo López Vidal está en su casa, Jorge Corsi está en su casa, Augusto Correa está en su casa, este inútil hoy está en su casa...
- ¿Saben lo único que me hizo bien de todo esto? Hablar. Cuando liberan a los acusados de Jorge Corsi, yo estallo. Porque si bien lo condenan, queda libre. A mí no me basta una condena en la que vos después estés en tu casa, brindando con el 31 con tu familia, que vuelvas a trabajar o a caminar por la calle, mientras yo pago años de terapia, tratamiento psiquiátrico, internaciones... Cuando todos ellos quedan libres, a mí me dio una crisis nerviosa. Después de estos mensajes que yo mando, ahí yo tengo mi primer intento de suicidio. Hubo una noche en la que yo no pude más conmigo, con todo lo que sentía. No podía guardarlo más. Entonces, una noche agarro un teléfono, y como todos ellos tienen redes sociales... Pablo López está exciliado en Villa María, Córdoba, y conduce un programa de radio. ¿Cómo creen que me siento?
- Esa noche, agarro mi teléfono y le mando mensajes a uno por uno. El mismo dolor fue para todos, no solamente para este estúpido. Perdón que hable así, pero estoy muy enojado. No solamente a este ser, sino también a Pablo, Augusto, Marcelo... Porque repito, hoy en día, tienen redes sociales. Entre esos mensajes que mandé enojado, estaba él. Y claro que se lo mandé. Todos tenían el mismo contenido emocional. ¿Saben lo que fue para mí, escucharme roto, volverme a escuchar cómo estaba yo antes emocionalmente? Estaría bueno que escuchen todas las notas de audio que le mandé a todos ellos, porque hay más también.
- Referida a la nota de audio que se hizo pública, les puedo contar lo siguiente. Y acá es cuando me doy cuenta de que necesito más ayuda psicológica de la que ya tenía. Pensé que iba a solucionarlo con un año de terapia, con una pastilla que me iba a volver a hacer sonreír, pero no. Yo, hoy me doy cuenta de que todavía me sigo sintiendo culpable. Cuando hablo de uno, hablo de todos ellos, porque para mí, todos ellos están metidos en la misma bolsa. No los veo individualmente, veo el dolor que me causaron. Por mucho tiempo me sentí culpable por la primera noche que tuvimos, en la que él me viola. No me parece extraño que a esta altura no sepa o le de igual si yo tenía 16, 17 o 18. Porque en esa época, Juan era una persona depresiva. Escabiaba todo el día, fumaba porro todo el día... No me extraña que él no sepa.
- Cuando yo me levanto esa noche, que voy al baño, me doy cuenta de lo que me hicieron. Me levanto desnudo, con tremendo chupón acá, arañazos, y ahí me doy cuenta. Pero yo todavía no tenía una reconstrucción psicológica, pedí ayuda recién a mis 25 años, cuando decidí pedir ayuda por primera vez en terapia. Mi cabeza, a los 14 años, era un lío. Yo venía golpeado de los otros abusos. Y no le pregunté qué me hiciste, porque yo no quería que se enoje, no quería perder a alguien ni caer en las manos de otro abusador. Yo prefería ser sumiso ante él. Yo esto lo estoy diciendo adulto y con años de terapia.
- Siempre me culpé, siempre. Pero ya no más, porque esta cruz, no me corresponde a mí. El peso de esta cruz les corresponde a otras personas, yo no tengo por qué cargar más con esta cruz. Ya no es más mía. Perdón que me ponga así, emocional, pero yo hoy estoy rompiendo la palabra que les di a mis terapeutas de tomarme una especie de licencia por 10 días para estar 100% concentrado en el tratamiento. Y estoy acá, de nuevo, hablando este tema con ustedes, poniéndome en un lugar que no me tengo que poner. Yo no tengo que aclararte a vos nada, no tengo que sacarte las dudas de nada. Las cosas pasaron así.
- Entonces yo nunca le dije que me había violado ni le pregunté qué había pasado, y como él vivía la vida, calculo que tampoco lo tomó como una violación. Lo que quiero decir es que su vida estaba muy descontrolada en su momento, más que la mía. No me extraña que se le mezclaran las cosas.
- De los 14 años hasta los 15, casi 16, fue una tortura psicológica. Era atacarme psicológicamente para tenerme en la cama, y como si yo fui un pedacito de carne en esas épocas. Solamente nos juntábamos para eso que ya saben, para tener relaciones. Fui como un fantasma, y me lo hizo saber de muchas formas a los 14 años. No voy a dar detalles, pero formas de actuar muy crueles para lograr que yo vaya siempre a la cama. Nunca se dio cuenta de lo que me hizo. Y escucharlo en una entrevista hablar de eso, para mí es fatal.
- Entonces, cuando se logra esa relación, si se puede decir así, de novios, fue a los 16. Para mí, me marcó de por vida. Entonces yo lo sentí muy grave porque a los 16 es cuando se mete mentalmente en mi cabeza. Si bien sí es un gran daño lo que me hizo a los 14, yo sentí más grave lo que me hizo a los 16.
- Acá es cuando yo les digo a ustedes que necesito más años de terapia. Porque yo veo menos grave lo que me hizo a los 14 que a los 16. Para mí, fue gravísimo lo que me hizo desde los 16 en adelante, porque hizo algo que no hicieron los otros: los otros no jugaron con eso de ser novios, de 'te amo'. Fue más parental el juego que hicieron los otros cerdos, pero él se metió de otra forma que yo no conocía. Entonces, cuando yo en el audio le digo 'te metiste con un chico de 16 años' fue porque en esa época empezaron las canciones de amor, las dedicatorias, los saluditos... Él me empezó a aclarar con algunos amigos, a mostrar un poco más... Yo creí que él me había aceptado. Por eso hablo de los 16 y no para atrás, porque si tenía que hablar para atrás, tenía que mandarle una nota de voz mandándolo a la concha de su madre. ¡Obvio que fue irónico! ¿Cómo quieren que hable? 'Hola, Juan, ¿cómo estás?'. ¡No! Fue una noche en la que yo les escribí a todos mis abusadores, a todos. Entonces, cuando yo hablo en esa nota de audio, hablo de un tiempo que para mí, me marcó de por vida.
- A mí me costó muchísimo volver a tener una pareja, a que alguien me conociera... Siempre me sentía engañado, y cuando ya me hice mayor y empecé a conocer personas adultas, de adulto a adulto, me costó muchísimo volverme a enamorar, volver a sentir un 'te amo' genuino... Me ocasionó un trauma.
- Sinceramente, yo ya no sé qué más hacer, porque hoy en día el foco está en que yo pueda ser feliz y salir adelante. Y repito, yo tendría que estar ahora concentrado en mi tratamiento psicológico y psiquiátrico y estoy acá, porque me veo en la obligación de hacerlo. Y no se olviden, por favor, de esto: yo esa noche les escribí a todos ellos. Creo que no se me puede reprochar que mande una nota de audio enojado, sabiendo lo que hicieron. Es terrible, intento que no me llegue de nuevo, pero cuando pasan estas cosas, yo tengo que meter la mano adentro mío y sacar de nuevo a ese niño, que con los años, lo ayudé. Ya no había necesidad de que ese niño sufra de nuevo. ¿Por qué tengo que sacarlo, con lo mucho que me costó? ¿A mí quién me devuelve todos esos años? Nadie, entonces, permítanme estar enojado.
- Porque hoy tengo 30 años y la sangre me corre por las venas. Gracias a Dios, todavía puedo sentir, ser empático, respetuoso y educado. Me hago fuerte, pero por el otro lado, también me hago mierda. No es fácil, y estaría bueno que dejen de decir que todos mis traumas son ocasionados por este cerdo, porque fueron ocasionados por un grupo de personas adultas, que desde los 10 años en adelante, me hicieron cosas que no voy a mencionar ahora. Pero vayan y busquen las denuncias, las entrevistas por YouTube que yo di hace años. Todo lo que soy yo, es gracias a mi propia reconstrucción.
- Cuando mi mamá fallece a mis 18 años, para mí fue una bomba en mi cabeza. Ahí empezó a explotar todo adentro mío y la pasé muy mal. Recién a los 25 años pedí ayuda. No hace falta seguir diciendo lo mal que la pasé, porque tampoco quiero contagiar a la gente de esos malestares. Yo siempre quiero mostrarles una imagen fuerte, parada, hablando claro, contando mi verdad y lo que me hizo sentir. Creo que es la mejor forma que puedo hacer para charlar en una entrevista. Necesito estar bien, soltar esto de una vez.
- Hay una cosa que se dijo mucho y que me gustaría aclarar, lo del juicio. Yo no quiero un juicio por la verdad, yo quiero un juicio de verdad. Yo tenía todo listo, mi verdad estaba ahí, servida para ellos. Imagínense, que cada vez que yo denunciaba y salía una prescripción, se demoraban años en que yo me enterara de eso. Esto pasó en menos de tres meses. Fue un golpe muy grande para mí, aunque yo sabía que iba a prescribir.
- Hice lo que tenía que hacer: denuncié, hablé y decidí salir adelante. Porque si yo no me permitía escribirles a ellos por las redes sociales... Estaba muy enojado. Y creo que lo mínimo que me puedo permitir es eso.
- A él siempre le importó una mierda, me trató como un pedazo de carne. Si ustedes ven las entrevistas, a él le da igual. Me dice que me manda un abrazo, que desea que mi corazón sane, que me quiere cuidar... No, gracias. De todos, menos de vos. Cómo me gustaría tener memoria para saber lo que me hiciste esa noche, porque ni siquiera te acordás. En fin, no me quiero poner mal. Repito, necesito más ayuda psicológica, porque no puedo entender cómo me parece peor que me haya enamorado a los 16 que me haya violado a los 14. Yo quería dos cosas: una, saber qué me tenían para decir, porque yo necesitaba saber por qué habían hecho eso. Y lo segundo y lo más importante, quería que me pidieran perdón, que se disculparan conmigo. Un 'perdoname', uno solo, hubiese bastado para que yo no denuncie. Miren con qué me conformaba. Pedile perdón a ese nene y a ese adulto que destrozaste que soy hoy, porque somos dos personas, es mi pasado y mi presente destruido. Pero, ¿qué puedo esperar yo de ellos, de alguien que hace apología a la pedofilia en televisión, diciendo que está bien tener relaciones con un nene de 16 años? Nada.
- Es todo un martirio que yo no tengo por qué vivir, pero así funciona la Justicia. Augusto Correa sigue viviendo en el mismo barrio, en el mismo departamento al que me llevaba con otros chicos más. Roberto Santi me tuvo nueve meses secuestrado en el depósito de una librería, sigue atendiendo la librería. ¿Tengo que nombrar cómo siguen su vida los otros? Me paree que quedó claro que yo no me voy a callar más y que me vulneraron y me faltaron el respeto muchas veces y yo no pude decir nada, porque no tenía las herramientas psicológicas. Hoy, yo tengo el poder de decidir: no me vas a volver a faltar el respeto nunca más, no me vas a romper nunca más. Yo te apuesto todas mis heridas a que no podés romperme más. Así de fuerte me hiciste, me hicieron, porque sigo acá parado. Para tu suerte, no logré suicidarme.
- Después de esa noche que mandé esos mensajes, tuve mi otro intento de suicidio. No quiero dar detalles de cómo fue.
Nota en desarrollo.