Lali González es una actriz paraguaya que cobró popularidad en Argentina por su personaje en la tira de Polka, La 1-5/18. El carisma que la artista desplegó en la novela protagonizada por Agustina Cherri y Esteban Lamothe hizo que los televidentes se encariñaran con ella y por ese emotivo después de la ficción comenzó su carrera como conductora de TV. Como con toda figura popular, la vida privada de González es de interés público y por ese motivo se refirió a su vida sentimental en América TV.
La actriz está casada con el productor musical paraguayo Walter Riveros desde 2016 y tuvieron a su primera y única hija, Rafaela, en 2019. Lali dio a conocer que atraviesa un momento de crisis marital debido a la distancia y comentó cómo vive esta situación después de que Carlos Monti le preguntara sobre el tema en el ciclo Desayuno Americano en América TV.
"Es un momento difícil por la distancia, con una nena de 4 años. Y, cuando no hay niñera, se desmorona la vida. Estamos juntos hace 13 años. No es la exposición ni nada de eso, es la nena: está en una edad de muchos cambios y empiezan los conflictos. Me cuesta mucho", comentó la artista que protagonizó un blooper en su debut en el Bailando por un sueño por un truco fallido en el final de su coreografía. Cuando Monti le preguntó si hay un tercero en discordia dijo que no y, ante la pregunta de una posible tercera, dijo: "Tampoco. bueno, no sé. Averiguá algo", entre risas. De esa manera, Lali dejó abiertas las posibilidades de que su crisis se deba a una infidelidad.
Lali González, sobre su trabajo en la obra Las Cosas Maravillosas
"Cuando me llaman me pasa que yo estaba con un proyecto de cine y con la conducción en tele, siendo la primera vez estando al frente de un programa, entonces era mucho y no me animaba. Le dije ¿Estás segura? Yo no hago mucho, hago show, stand up, a eso me dedico. Me convenció y cuando vi la obra de uno de los autores me chocó y dije 'yo quiero contar esto'", comentó González en diálogo con MDZ. Y sumó: "(La obra) mueve, de alguna manera crea una empatía con el público. El público sale conmovido y sale realmente con ganas de hacer su lista de cosas maravillosas. El escenario es parte de la escena y para darle ese dinamismo convertimos el escenario en público y en una sala, en una butaca más. Ahí es donde se asusta un poco el espectador porque piensa que tiene que actuar, pero en realidad es una obra 360°". González habló sobre cuán absorbente es el trabajo en el mundo del espectáculo y aseguró que busca un momento de menos carga laboral para disfrutar del crecimiento de su hija.