Poco se sabe de la familia del exfutbolista Javier Mascherano hasta la irrupción de Sebastián, su hermano, en un móvil del programa de Mariana Fabbiani para compartir su dura historia de vida con los televidentes. “Pasa como un tsunami en tu vida la enfermedad y te arrastra con todo en lo emotivo, en lo afectivo y en lo emocional", reveló sobre la situación contra la que lucha todos los días.
En un móvil desde Rosario con DDM (América TV), Sebastián habló de su lucha contra la adicción a las drogas. “Hoy, a los 46 años, y ya con 11 años de rehabilitado, pude aprender todo en base a esta gran enfermedad. Es una enfermedad que no se cura. Aquel que se enferma con las drogas y el alcohol, lo va a llevar toda la vida. Lo que sí, yo te puedo decir que soy un enfermo rehabilitado porque pude cambiar de estilo de vida”, inició Sebastián en los primeros minutos de la nota.
“Para eso tuve que aprender nuevamente. Cuando tomé la decisión de dejarme ayudar allá por marzo de 2012, llegué a una comunidad terapéutica, a Gradiva, en Caballito, y ahí pude entender de qué se trataba. Uno no se da por vencido, siempre piensa que tiene hilo en el carretel, uno piensa que es solo un vicio, que solo la va a poder dejar”, agregó. Sobre su etapa como adicto, Mascherano reveló: “Yo empecé con la gran droga, que es el alcohol. Solo porque es legal, todavía la sociedad y la familia no entiende que es la gran droga porque es la primera, la que primero te causa la euforia y la que te desinhibe para después pasar a probar las otras drogas ilegales. Así llegué a probar mi gran amor que fue la cocaína”.
Sebastián, que a los 46 años está rehabilitado y pudo seguir con su vida, recordó los momentos más oscuros de su pasado como adicto y sentenció: “Pasa como un tsunami en tu vida la enfermedad y te arrastra con todo en lo emotivo, en lo afectivo y en lo emocional, y lo único con que te quedás aferrado es la sustancia, que es la madre de las drogas”. Por suerte, la ayuda llegó y cuando la conductora le preguntó por este punto, Sebastián indicó: “Fue allá por febrero de 2012 y hoy estoy acá en el negocio de mi socio y mi gran amigo, que fue el que me despertó con Rocko en ese momento, quien tenía ocho años. Verlo llorar y ver cómo había pasado la situación fue un momento para pensar. Es el momento que muchas veces tenemos las personas y que podemos reaccionar”.
La aterradora reflexión del hermano de Mascherano sobre la adicción a las drogas
“Hay muchos que quedan en el cementerio y no van a poder tener la posibilidad de poder tomar la decisión. Me entregué al día siguiente; llegué a una comunidad acá en Rosario y después de una larga charla en una entrevista, pude entender que me había derrotado la cocaína y que necesitaba dejarme ayudar para poder cambiar mis conductas. Un adicto es una persona de impulsos, actitudes y aptitudes”, cerró.