Nicole Neumann decidió no quedarse callada ante las críticas y, después de las repercusiones en distintos medios por el trato que tuvo con su empleada doméstica cuando se contagió de coronavirus, fue el mismo sindicato que disparó contra la modelo.
Fue así que la Unión de Trabajadores Domésticos y Afines (UTDA) emitió un comunicado para repudiar el trato dado a Daniela, la mujer que trabaja en la casa de Nicole: “Repudiamos enérgicamente la irresponsable actitud de la señora Nicole Neumann, quien en violación a las leyes laborales y sanitarias vigentes no solo puso en riesgo la salud de la trabajadora doméstica por ella contratada, sino que en una actitud claramente abusiva de su estado de necesidad la habría obligado a trabajar durante la cuarentena y de modo lindante con el trabajo esclavo habría limitado el contacto con su familia de manera quincenal”, fue el mensaje enviado por el abogado del gremio a la periodista Mercedes Ninci.
Por eso, Neumann decidió enviar a dicha organización una carta abierta como descargo por las acusaciones vertidas, en la que cuestionó con dureza las críticas y pidió que las autoridades del sindicato se ocupen de ayudar a las personas: “Desde que di positivo de Covid-19 fui atacada desde distintos ámbitos por periodistas, comunicadores, panelistas, mediáticos, hombres y mujeres, afectando sin duda mi imagen, pero fundamentalmente mi condición de mujer”, empezó manifestando Nicole en su carta.
Y prosiguió: “Quiero aclarar que Daniela volvió a trabajar a mi casa por pedido de ella. Es paraguaya, antes de decretarse el aislamiento se encontraba en trámite su residencia en nuestro país y la obtención del DNI. Pero necesita trabajar, necesita que no se le cierren las puertas”.
“¿Por qué los sindicatos no se ocupan de ayudar a las personas como Daniela en obtener la documentación necesaria para que puedan acceder a un trabajo en blanco? Nunca quise tener a nadie trabajando en negro, pero también nunca quise que Daniela se quedara sin trabajar. Solicito que el sindicato tenga a bien retractarse y pedir disculpas. Permítanme transitar mi enfermada en paz. Respeten mi condición de mujer, trabajadora y madre”, finalizó Nicole.
Esta es la carta abierta completa que envió la modelo a la UTDA:
Ante todo lo que ha generado la situación que atravieso, me veo forzada a llegar a la opinión pública a través de estas palabras. Resulta extraño que desde que di positivo de Covid-19 fui atacada desde distintos ámbitos por periodistas, comunicadores, panelistas, mediáticos, hombres y mujeres, afectando sin duda mi imagen, pero fundamentalmente mi condición de mujer. Todos saben que trabajo desde chica, que nadie me regala nada, que mis hijas tienen una mamá que se ocupa personal y permanentemente de ellas. Que a partir del momento que comenzó la cuarentena, Daniela, la señora que trabaja en mi casa, permaneció en su propia casa. Que trabajé desde mi casa porque no podía dejar solas a mis hijas. Transité sola los meses de marzo, abril y mayo de esa manera, trabajando, ocupándome de mis hijas, de la casa, como casi todas las mujeres y hombres de nuestro país. Pero el ensañamiento y persecución me acompañaron en todo el trayecto: “que quién me peinaba”, “que quién me hacía las uñas”, “que me cobraron multas por violar la cuarentena en mi barrio”. Que mis hijas no tenían las vacunas correspondientes. MENTIRA. Que hago entrevistas porque pienso igual que mis entrevistados. MENTIRA. Si soy vegetariana, si como mucha gente entiendo que una vida sana, con el consumo de cosas naturales que me ayuda a generar las defensas, etc, etc. Parecería que la consigna es pegarle a Nicole. Ahora hasta un sindicato se ocupa de mi. Quiero aclarar que Daniela volvió a trabajar a mi casa por pedido de ella. Es paraguaya, antes de decretarse el aislamiento se encontraba en trámite su residencia en nuestro país y la obtención del DNI. Pero necesita trabajar, necesita que no se le cierren las puertas y yo necesito que cuiden a mis hijas, mientras trabajo, por eso acepté que volviera a casa, que viviera con nosotras, que pudiera ayudar a su familia con su sueldo, que compartiera nuestra mesa, nuestras costumbres, nuestro hogar. Daniela para exponerse menos eligió quedarse los fin de semana en mi casa, cosa que me causó tranquilidad ya que evitaba el traslado y exposición, pero sus fin de semana se los pagué extra, con independencia de su sueldo. Que se pretende que porque no tiene residencia, ni DNI, no nos podamos ayudar mutuamente, ella recibiendo su salario y yo teniendo la tranquilidad del cuidado de lo más valioso que tengo, mis niñas. Y no por el afán de buscar empatías, sino porque es la más absoluta verdad. Necesito trabajar, no solo porque siempre lo hice, sino porque quiero mantener el nivel de vida que siempre quise. Sino para mantener también el nivel de vida que tuvieron mis hijas desde que nacieron. Si, digo mantener porque yo mama soy quien las mantiene con la colaboración del padre, pero reitero soy yo la mamá, la mujer que sale a trabajar para que mis hijas vivan como vivieron siempre. En otro orden, me pregunto: ¿por qué los sindicatos no se ocupan de ayudar a las personas como Daniela en obtener la documentación necesaria para que puedan acceder a un trabajo en blanco? Desde el primer día que quiso trabajar en mi casa le pedí que realizara los tramites que mi contador necesitaba para inscribirla y mientras tanto le pague su salario. Nunca quise tener a nadie trabajando en negro, pero también nunca quise que Daniela se quedara sin trabajar. Solicito que el sindicato tenga a bien retractarse y pedir disculpas. Permítanme transitar mi enfermada en paz. Respeten mi condición de mujer, trabajadora y madre.