La familia de Silvina Luna, quien continúa luchando por su vida tras 20 días en terapia intensiva, planea su estrategia legal contra Aníbal Lotocki, el médico que le realizó cirugías estéticas en 2011. Debido a la mala praxis que cometió el cirujano, tanto Silvina como muchas otras personas que pasaron por el consultorio de Lotocki sufren graves consecuencias de salud hasta el día de hoy. En este contexto, la familia de la modelo accionará para que Lotocki vaya preso.
Además de Luna, Gabriela Trenchi, Pamela Sosa, Stefanía Xipolitakis, Fran Mariano son algunas de las tantas figuras que, hasta el día de hoy, pagan las caras consecuencias de haber sido intervenidas por Lotocki. Recién en 2022, el médico fue condenado por "lesiones graves" a cuatro años de prisión efectiva y cinco de inhabilitación para ejercer su profesión. Sin embargo, apenas estuvo 15 días en la cárcel y sigue atendiendo en su consultorio. Por esta razón, su familia pide justicia y planea una nueva estrategia.
"Ayer estuve hablando con una persona que está en el hospital acompañando a Silvina Luna, la está peleando. El hermano de Silvina, Ezequiel, está seguro de que va a salir adelante", comenzó Estefi Berardi en Mañanísima (Ciudad Magazine). En esta línea, agregó que la familia "está viviendo una pesadilla" y que, si bien ahora no es el momento, planean hacer todo lo posible para que Lotocki vaya a prisión.
"Lo que me dicen de adentro es 'ahora no tenemos fuerzas, queremos primero que Silvina salga adelante, pero después de esto nos vamos a ocupar de que Lotocki vaya preso. Personalmente, nos vamos a ocupar de que tipo este en la cárcel'", cerró la panelista.
La mala praxis que Aníbal Lotocki cometió con Silvina Luna
Al igual que al resto de sus pacientes, Lotocki le inyectó a Silvina metacrilato, una sustancia que se utiliza en la industria automovilística y que está prohibida para su uso en cirugías estéticas. Como consecuencia, Silvina sufre hipercalcemia e insuficiencia renal, se realiza diálisis a diario y necesita un trasplante de riñón.
Entre los años 90 y los 2000, el metacrilato se convirtió en la alternativa más barata para las cirugías de glúteos debido a su bajo costo. Por esta razón, muchos cirujanos la implementaron, a pesar de las reiteradas advertencias de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).
"En el caso del metacrilato, esta autorización es exclusiva para tratamientos y/o rehabilitación, no para tratamientos de belleza, sino en caso de por ejemplo, de cirugías reconstructivas", destacó la ANMAT. Al día de hoy, su uso está aprobado para intervenciones mínimas, pero no en grandes cantidades, ya que está comprobado que puede generar procesos inflamatorios crónicos y graves.