David Lebón es uno de los íconos del rock más relevantes de la industria musical argentina, por el paso de muchas de sus canciones en el imaginario colectivo del país. Por ese motivo, su reciente reacción ante la interpretación de Paul McCartney de una de sus canciones causó repercusión en el público.
El integrante de la banda Serú Girán estuvo como invitado en el ciclo de Sebastián Wainraich en El Trece, La Noche Perfecta, y allí le mostraron una versión del clásico Seminare con la voz de Paul McCartney, editada con inteligencia artificial. En el momento en que comenzaron a sonar los primeros acordes de la canción, con el característico timbre vocal del beatle como reemplazo del suyo, Lebón se emocionó.
Después de permitirse unos segundos de silencio, en los que cerró los ojos para conectar con lo que escuchaba, el músico pronunció: "Qué increíble. Qué divino. Me está gustando la inteligencia artificial, eh". Cuando Wainraich le preguntó qué beatle sería aseguró que John Lennon, mientras que Pedro Aznar sería Paul McCartney, Oscar Moro sería George Harrison y Charly García, Ringo Starr.
David Lebón, sobre la influencia de Paul McCartney en él
"La vez pasada vi a Paul (McCartney) contando cómo se inspiró para hacer Blackbird, de algo que sacó de una canción medio lírica. Y la tocó un poquito y empezó a mostrar cómo. Gracias a que hizo eso, yo pude ver un acorde que no había visto antes y lo mejoré (se ríe). Yo no escucho mucha música en casa porque tiendo a copiar", comentó en diálogo con Infobae.
Asimismo, el músico aseguró que el arte de Los Beatles lo marcó profundamente: "No es que copie a todos, pero cuando me gusta mucho una canción, me tira para ese lado y empiezo a hacer acordes y cosas muy similares a esa canción. No vas a escuchar nunca una canción que se parezca a otra, pero a mi me da la impresión de que si escucho mucho, me inspiro demasiado".
Lebón habló sobre la última reunión de Serú Giran en Cosquín Rock 2013
"Una cosa es ser humilde y otra cosa es ser humillado. Yo había terminado mi show a las cinco y media de la tarde y ya estaba listo para volver a Buenos Aires. Vino José Palazzo (productor del festival) y me convenció de que nos íbamos a juntar con Pedro (Aznar, quien también tocó en ese CR) y Charly. Después, entré al camarín de Charly, que era una van, una camioneta, pero era un boliche. No sabés lo que era adentro, era impresionante: había luces, música, todo. Y él me dice: 'Dale, dale, hagámoslo'", empezó su relato.
Lebón contó que tocaron "con el batero chileno que tenía Charly (Toño Silva), que no te digo que toca igual a (Oscar) Moro, ni en pedo, pero sí tenía un golpe parecido, pesado. Pero tuve que esperar hasta las 12 y media, 1 de la mañana y todos me hablaban, me hablaban. Y yo necesito silencio, también. Ya hay una edad en la que uno ya es un abuelo. Yo soy abuelo, tengo nueve nietos. A ellos sí los quiero escuchar, o de última contarle historias mías. Pero después, la mano de los “sabios”, en donde todos quieren ser el último en decir la mejor palabra, la que mejor suena, no me va".