La confesión de Cristian U a horas del estreno de Gran Hermano: "Yo odiaba el programa"

El ganador de Gran Hermano 2011 habló de todo en diálogo con este medio. Cristian U contó su experiencia dentro de la famosa casa y analizó el regreso del reality a la pantalla de Telefe.

17 de octubre, 2022 | 10.29

Cristian U es uno de los ganadores más icónicos de Gran Hermano Argentina, por la impronta que impuso durante los meses de estadía en la famosa casa y su recorrido mediático posterior al reality. El exconcursante dialogó con El Destape Web y analizó la dinámica del show de Telefe, contó su experiencia y habló sobre el regreso del programa a la pantalla chica. También anticipó que podría volver al programa

¿De qué se trata el programa de Telefe del que vas a formar parte, ese spin off de Gran Hermano?

- Todavía no hay nada confirmado. Está el spot, que nos contrataron a todos para hacer la presentación de Gran Hermano pero todavía no se confirmó el resto. A mí me hablaron de ese spin off pero todavía no di el sí definitivo ni cerré nada.

¿Cómo te pega la vuelta de Gran Hermano a la tele? ¿Te trae recuerdos, te pone nostálgico?

- Y sí. Imaginate que yo he sido el protagonista y ahora veo que hay otros protagonistas ¡la puta que los parió (risas)!. Está muy bien, es un programa que entretiene mucho a la familia, tiene mucho contenido de todo. A algunos les puede parecer un programa boludo, siempre están los detractores; pero si es un ciclo que mide tanto, tiene tanta inversión y es líder a nivel mundial es porque tiene algo muy copado. Me parece que hoy, al estar tan golpeados como sociedad, a uno le gusta sentirse identificado por alguien que está ahí adentro y decir yo pienso como tal.

¿Vos eras consciente de lo que podías generar en la gente cuando estabas en la casa?

- Siempre. Desde antes de entrar incluso. Yo en un momento en la casa me sentí como medio solo y que eran todos un grupo de boludos atacándome a mí. Y, por más que uno tenga carácter, la gente siempre se va a poner del lado del que está solo. Hubo algunos, como Martín Pepa, que lo supieron leer muy bien. Por eso, en principio estaba en contra mío y después se vino para mi lado; mientras que otros seguían boludeando con la pileta y quejándose de que no tenían bronceador. 

¿Vos ya entraste con una estrategia, sabiendo que ibas a jugar y no a pasar el rato?

- Con estrategia no porque no sabía ni a dónde iba a entrar. Yo dejé toda una vida real: la última plata de una camioneta que había vendido, que era mi camioneta laboral, para bancar unos meses de alquiler.

¿Cómo fue la decisión de entrar a Gran Hermano?

- No hubo decisión en realidad. Yo odiaba Gran Hermano, lo dije siempre. No lo podía ver. No entendía, como mucha gente todavía, a esos pibes que lloran, que dicen “Me quiero ir, pero no puedo” y vos decís “Pelotudo, si ahí tenés la puerta”. Después cuando estás adentro entendés que no te podés ir porque muchos de nosotros buscamos un futuro, un cambio de vida pero si vos te vas, tirás a la basura todo ese sueño. Esa es la presión de extrañar a tu familia y no irte por no abandonar ese sueño.

Yo al casting lo hice para no quedar porque hasta puteé (risas). En un momento me hinché las bolas y dije “Qué mierda voy a quedar. Qué estoy haciendo con esta porquería”. Y lo mandé así. Además las páginas de internet no eran lo que son hoy. La mayoría puteaban porque no le entraban los videos y el mío entró en el segundo intento. Al otro día a las 9 de la mañana tenía un llamado de la producción, dije “ya fue” y ahí me mandé.

¿Con tus compañeros seguiste hablando después?

- No. Con Pepa a lo mejor, con Martín Anchorena, muy buen flaco. Después no, porque ninguno va. Me di cuenta ahí mismo que no tenía de qué hablar afuera. Todos muy distintos. Se han juntado un montón de veces, me han invitado en algunas ocasiones y ni en pedo. Después pegué buena onda con participantes de otras ediciones como Diego Leonardi, que es un fenómeno, Marcelo Corazza, que es otro capo, con (Gustavo) Conti y (Ximena) Capristo. Con el resto, no.

En su momento vos habías salido de la casa y vuelto a entrar. ¿Eso te ayudó para dimensionar lo que estabas viviendo y para el juego?

- Sí, la verdad que ayudó un montón. No voy a mentir. Muchos se quejaron, pero el que podía, podía, y el que no, que se quede adentro y no rompa los huevos. A mí me tocó poder y lo hice. Lo que pasa es que ahí está el laburo mío de hacer tanto por mí en el ciclo, por permanecer intacto que lo que sucedió fue que salí y la gente necesitaba que entre. Me acuerdo que el día que me fui estaban todos saltando y cuando entré se querían matar (risas).

Si bien pasaba esto de que estabas como solo, también habías cobrado el papel del malo, el “villano”. ¿Cómo vivías esto?

- Pasa que acá tenemos un problema, en esta sociedad. Acá el que va de frente , es el hijo de puta. El que es falso y va con apuñaladita por atrás, “ay qué divino” y después te la termina poniendo. Hoy se rompió un poco el concepto ese igual, hay gente más provocadora. Yanina Latorre es una provocadora nata y es una mina que tiene cualquier cantidad de seguidores, hay mucha gente que la banca. Se ha roto un poco ese esquema, pero en ese momento yo nunca me sentí malo; todo lo contrario: había un montón de pibes ahí adentro que festejaban el fracaso de otros. 

Después de salir, ¿cómo manejaste el tema de la exposición?

- Nah, nada. Me parece que siempre es con respeto mutuo. Si me dicen “¿Te jodería una foto?”, respondo “Cómo no, si yo te estoy agradecido a vos”. Es un ida y vuelta. Al que viene y me quiere descansar: “¿Qué pasa, tarado?”. De malo, vamos a malo y no me importa con quién. Me pasó una vez en Tucumán, en un hotel muy lindo de allá, donde había una convención de cremas y una señora me miraba y me miraba. En un momento me traen la comida, porque yo estaba esperando para almorzar, corto el bocado, me lo voy a meter en la boca y la señora me frena para pedirme una foto. La miré con cara de asesino, a lo Francella cuando hace del tiburón. Le dije: “Me estabas esperando, ¿o no?”. Y me dijo que yo me debía a la gente. “Sí, a la gente respetuosa, a vos no te debo nada”, le dije y me trato de maleducado. “Tengo la misma educación que deben tener tus hijos o un poquito mejor. Porque si vos sos así, no me quiero imaginar lo que debe ser tu familia”. Soy re hijo de puta cuando bardeo. “Sos un maleducado”, me seguía diciendo. “Y vos sos una vieja de mierda”, le decía yo. Porque uno está expuesto no tenés por qué venir a descansarme o a verduguearme. Yo te divertí, vos me diste una ayuda; saldado todo. 

Me ha pasado muy pocas veces de tener encuentros así igual.

Muchos participantes después terminaron en la industria de la televisión como productores. ¿A vos te picó esa curiosidad en algún momento?

- No, yo creo que el que queda como productor es porque no tiene pasta para estar adelante pero le gustó el mundo televisivo. Que está perfecto, está buenísimo. Pero creo que a la mayoría le gusta el adelante de cámara. Yo me quedo con ese.

Además de esta posibilidad de estar en este spin off de Gran Hermano, ¿hay algún otro proyecto?

- Estoy con mi empresa musical, produzco música electrónica, soy DJ. Esta semana toco en Palermo, Tucumán y Uruguay. Y después otras cosas, lo de Gran Hermano siempre es bien recibido. Imaginate que uno tiene la posibilidad de volver a estar en Telefe, ¿quién le va a decir que no a Telefe? Se te abre todo de nuevo, así que en caso de que me convoquen definitivamente, uno va a estar muy agradecido. Aparte, si voy como panelista, estoy como para dar cátedra. Estoy yo, (Gastón) Trezeguet al lado mío un poquito más abajo y el resto escuchando. 

Por último, ¿qué sabés sobre esta edición de Gran Hermano? ¿Va a haber algo que no se haya visto nunca?

- Mucha data no tengo, pero creo que va a ser todo distinto. Nada que ver con lo que vieron. Imaginate que pasaron siete años del último Gran Hermano, en los que la tecnología avanzó como nunca, en los que se contemplaron leyes muy estrictas a favor del género, hoy está desarrollado completamente ese tema; desarrollado y con abuso. Está muy delicado el tema, a mí me da un poquito de miedo por los participantes. Por la búsqueda de la fama, cualquiera puede hacer cualquier cosa y muchas entidades que protegen a la mujer o los abusos y demás, que está buenísimo. Hay muchas serias y hay muchas otras que buscan un beneficio, por eso puede ser hasta peligroso. Si yo le tuviese que dar un consejo a alguno de los muchachitos que van a entrar es: chicos, traten de no ser pito duro, de no buscar nada sexual adentro. Me parece que puede llegar a ser difícil. La gente con tal de tomar notoriedad un rato más hace cualquier cosa y encima se cagan en luchas serias como esta.

LA FERIA DE EL DESTAPE ►