Juan Reverdito, el cuarto eliminado de Gran Hermano (Telefe), abrió su corazón tras su salida del reality y confesó lo muy afectado psicológicamente que salió de la casa, especialmente por el enojo consigo mismo que carga.
Juan se convirtió en el personaje más detestado de la casa y fue eliminado con un 88% de votos, un número considerablemente alto para la historia de Gran Hermano. La gran mayoría de los televidentes coincidió en que sus tratos hacia sus compañeros fueron violentos, pero el taxista se defendió y aseguró que en su vida privada, es todo lo opuesto a lo que mostró en pantalla.
"No soy una persona violenta, jamás tuve un problema con nadie. Me genera bronca que afuera tengan esa imagen mía porque no es la realidad. Quiero que me conozcan como en verdad soy", contó Juan en diálogo con Georgina Barbarossa en A la Barbarossa (Telefe).
Además, habló sobre las dificultades económicas que atravesó durante años y aseguró que su hijo fue hostigado en la escuela por sus compañeros debido a la imagen que dio en el reality. "Tengo una espina clavada porque me mostré de una manera que no soy. Mi hijo más chico la pasó mal por los comentarios que le hacían en el colegio sobre mi persona", confesó.
Por otro lado, el taxista destacó el difícil momento que vive con su hijo mayor: "Juan Cruz, mi hijo mayor, es sagrado para mí. Obvio que al chiquito lo amo con mi vida, pero con él he vivido momentos duros. Las cosas que pasamos juntos, las guardo en mi corazón. Ahora tomó la decisión de irse a España y yo lo apoyo porque es por su bien, sé que le va a ir muy bien".
Por último, Juan agradeció el cariño que recibió por algunas personas. "Me pone muy mal que piensen así de mí, jugué mal pero nada más. Lo que me dio un poco de alivio fue que ayer salí a la calle y la gente fue cálida. Me decían que había jugado mal pero que así y todo me bancaban. Eso fue hermoso, un alivio", concluyó. Sin embargo, una gran cantidad de usuarios de las redes sociales opinaron que se estaba victimizando al igual que adentro de la casa y no lo perdonaron.