En medio de desafíos y juegos, Iván de Pineda se tomó un recreo de la solemnidad con la que lleva su conducción en Pasapalabra y -con cotillón incluido- instó a que famosos y participantes bailen en el estudio. Con sed de fiesta, el conductor y modelo se subió arriba de la mesa del estudio a bailar, cosa que hizo reír al periodista de Policiales Paulo Kablan.
Todo arrancó tras finalizar un divertido juego de pistas musicales, cuando de Pineda le preguntó a Kablan: “¿Sos del cotillón en el carnaval carioca?”. Rápido, el periodista expresó, en tono bromista: “Claro. Los que somos muy malos para bailar y ni idea para la música somos muy buenos en el cotillón, nos colgamos”.
“Mucha maraca, mucha banana, mucho bonete, sombrero... Si descontrolás ¿descontrolás mal, Kablan? ¿Hasta dónde llegás cuando descontrolás?”, indagó el conductor. “No va a ser hoy pero te puedo bailar arriba de la mesa”, respondió el periodista orgulloso. Sus palabras encendieron una chispa en Iván, quien se desató y enseñó sus ganas de bailar subiéndose arriba de la mesa e improvisando unos pasos.
Bailando y cantando, Iván de Pineda agitó las maracas y segundos después pidió disculpas por sus actos. “Perdón, eh. No es lo más respetuoso del mundo pararme donde me paré”, indicó, sentándose y adquiriendo su compostura. Pero el ida y vuelta no terminó ahí. Cuando tan solo faltaba el último juego para cerrar la etapa inicial y pasar a El Rosco, Iván De Pineda apareció en cámara con una caja llena de cotillón.
Repartió pelucas, maracas y sombreros y comenzó a sonar el clásico Don’t Stop The Party, de Pitbull. Todos los participantes se despidieron de la jornada a puro baile y sonrisas con música y al grito de “así se arruina una carrera” mientras que Iván elegía qué piezas de su cotillón iba a usar Paulo Kablan.