María Valenzuela volverá al teatro con Eva y Victoria, puesta que debuta el viernes en el Multiescena, pero con la complicación de una tendinitis por "viciar" con un juego de Facebook. "Esto es parte de la pandemia", confesó, antes de profundizar en torno a su lesión.
Invitada al magazine Intrusos (América TV) Valenzuela trató de ocultar su lesión pero la cámara la delató, motivo por el que fue consultada sobre qué le pasaba en su mano derecha, donde un yeso le cubría algunos de sus dedos y su mano. Sincera, contó que se generó una tendinitis jugando a un juego de Facebook.
Lejos de un mal movimiento articular o de un accidente doméstico como puede producirse en la cocina de cualquier hogar, María se generó una tendinitis jugando a un jueguito. La tendinitis es la afección en la que se inflama el tejido que conecta el músculo con el hueso, y a Valenzuela se le produjo por estar, hace un año y medio, el tiempo que lleva la pandemia de Covid 19 en el país, usando el mouse muchas horas.
Sin tapujos, contó cómo terminó con la inesperada dolencia que hace que una de sus manos tenga que tener el mayor reposo posible hasta lograr que se desinflame y le saquen la venda, para recuperar la movilidad de su mano. “Esto es parte de la pandemia…”, comenzó Valenzuela, alzando su brazo para mostrar lo ocurrido. “No me caí. Estuve un año y medio sin salir y estuve jugando al Súper City en Facebook, que es un juego donde hay que armar una ciudad”, agregó María. “Fue un año y medio dándole al mouse. Nivel 206 ya estoy. Y el dedo me dijo ´nena, pará un poco con el mousse´. Así que tengo una tendinitis”, agregó Valenzuela quien, semanas atrás, habló de las duras consecuencias que el ACV le dejó a su hija, Malena.
La obra teatral Eva y Victoria es una imaginaria reunión entre Eva Perón y Victoria Ocampo, Eva acude a ver a Victoria con la excusa de obtener apoyo para tratar en el Congreso de la Nación el proyecto de ley que permita votar a las mujeres. Pero realmente es el encuentro de dos clases sociales, de dos formas de pensar la vida y el país a todas luces antagónicas, mostrando las ideas irreconciliables que durante décadas nos dividió como nación y llevado por una esgrima verbal digna de aquellas dos formidables adversarias. Pero a la vez, Eva y Victoria es una mirada esperanzada hacia el futuro para que al fin comprendamos que debemos defender a ultranza la posibilidad de nuestros adversarios de decir lo que piensan, que de nada sirve aislarse para no tener un futuro como Nación.