El programa de Guido Kaczka, Bienvenidos a Bordo, volvió a tener irrisorias y bizarras situaciones en sus emisiones y recientemente se dio una de ellas. En el ciclo de El Trece se mostraron un sinfín de personas que interpretaban sonidos de gallos y tuvieron un fuerte encontronazo en medio del estudio.
Cuando los imitados de gallos comenzaron a ser varios, y cada vez se sumaban más, los gritos cada vez se hacían más fuertes y se comenzó a dar una competencia entre los participantes. De esa manera, los concursantes simularon una pelea y, acto seguido, una reconciliación, ambas mediante sonidos simulativos a los de un gallo.
Más tarde, cuando se abrió la puerta de los parecidos, quien decía tener semejanzas físicas con Don Ramón no pudo disimular la risa ante el cántico coral de los gallos. Para aportar su granito de arena al show, las personas mimetizadas con el ave se acercaron al con los típicos movimientos y gritos que el animal hace cuando se enoja.
La inesperada participación de María Kodama en un programa de Guido Kaczka
El ciclo nocturno de la ex pareja de Florencia Bertotti, Los 8 Escalones del Millón, tuvo como jurado a la escritora María Kodama, lo que llampo la atención de mucho por la reticencia que la artista tendría a ese tipo de ciclos. "Cuando yo tenía 8 años, cayó un libro de Borges y yo no sabía quién era. Lo abro y leo ‘nadie lo vio desembarcar en la unánime noche’. Yo pensé ‘Dios mío, ¿qué es esto?’. No entendí nada... Pero fue tan impresionante porque su prosa tiene un ritmo y ese ritmo me fascinó", comentó Kodama en la primera emisión.
"Él explicó que cuando trabajaba en la Biblioteca Miguel Cané, lo único que quería era llegar a su casa para escribir ese libro. Dijo ‘lo terminé en una semana, nunca antes ni después pude escribir algo con esa intensidad’. Esa intensidad es la que sentí a los 8 años y la sentí sin entender intelectualmente nada de ese cuento, a tal extremo me fascinó que si hubiera que quemar todas sus obras, esa sería la única que conservaría", siguió la escritora, sobre su vínculo con Jorge Luis Borges, y cerró: "No sólo con la obra de Borges, sino en toda relación humana, lo primero es sentir. Si uno no siente hay que esperar, porque nuestra mente todavía no está lo suficientemente entrenada para aprender eso con los sentidos".