Georgina Barbarossa está pasando por un momento personal muy feliz. A sus 67 años, la actriz está trabajando en una temporada teatral de la obra Una noche en el hotel en Villa Carlos Paz, Córdoba. Según contó, salir de Buenos Aires y estar viviendo un tiempo en Córdoba la hizo muy feliz. Además, aseguró haber encontrado el amor.
Actualmente, Georgina está protagonizando esta obra junto a Pedro Alonso, “Cachete” Sierra, “Pachu” Peña y “Rochi” Igarzábal. Mientras transita un formidable presente artístico y profesional, tras haber brillado en MasterChef Celebrity 2 casi proclamándose como la ganadora, ahora Georgina también está de suerte en el amor.
Un periodista de Intrusos le hizo una breve nota mientras salía del teatro y aprovechó para preguntarle cómo había pasado el 14 de febrero y qué era de su vida sentimental. En este sentido, Barbarossa declaró: “A mí me escriben…”. “¿Quién te escribió? ¡Mirá como pusiste los ojitos! Me sorprendiste”, le respondió el periodista.
“No te voy a decir quién me escribió. ¿Viste? Te sorprendí, eh”, agregó ella. Cuando él le preguntó si su enamorado está viviendo ahora con ella en Villa Carlos Paz o si la había ido a visitar, Georgina lo negó, sin ánimos de entrar en demasiados detalles: “No está acá”. “¿Estás enamorada?”, indagó el periodista, a lo que ella contestó con total firmeza que sí.
Ante la insistencia del movilero con preguntas como “¿Cómo lo conociste?”, “¿Lo conociste por Tinder?”, Barbarossa se cansó y exclamó: “¡No te puedo decir todo! Por ahora no puedo contar nada. Bueno, ¡basta, chicos! Ya dije muchas cosas”. Desde entonces, no dio ninguna declaración más al respecto y lo único que dijo es que es un argentino.
El desgarrador relato de Georgina Barbarossa sobre su adicción
En diciembre de 2021, Georgina fue al programa PH, Podemos Hablar, conducido por Andy Kusnetzoff, y contó sobre un terrible problema de adicción que la persiguió tras la muerte de su marido, a quien mataron a puñaladas en un intento de robo en 2001. Después de ese evento traumático, la actriz desarrolló una adicción a las cirugías estéticas.
“Siempre me dio mucho miedo morirme en la anestesia. Pero después, cuando lo mataron a mi marido, me agarró muchísima culpa de estar viva y me empecé a acuchillar, a operar. Me vi los ojos hinchados y dije: ‘Chau, me opero los párpados'. Me puse tetas, me saqué tetas, no tenía panza y me operé de la panza... Mi madre me decía: 'Georgina, estás loca'. Le mentía a mi terapeuta y me iba a operar igual”, relató.
“Era algo como de castigo, después me di cuenta y ahora me veo que se me cayó un poquito la papada y digo: 'Ay, ¿qué hago?'. Pero en algún momento hay que envejecer”, reflexionó. Aunque sus problemas con su imagen comenzaron desde niña, cuando luchaba contra la obesidad, se incrementaron cuando entró en la industria de la actuación y sufrió todas las presiones que padecen las mujeres en los medios.
“A partir de ese momento me quedó como una mentalidad de que soy como. Yo me veo en el espejo y siempre me veo gorda. Vivo haciendo dieta permanentemente. Vinieron tres actrices de muy buena onda a decirme: ‘Che, te tenés que operar la nariz´, porque en esa época se usaba”, recordó. Afortunadamente, en aquel entonces su mamá le puso un freno. “Me dijo: ‘Ni se te ocurra’, o sea que nunca me la operé”, cerró.