Érica Rivas interpretó a María Elena Fuseneco en Casados con Hijos por primera vez en 2005 y fue furor: la serie tuvo uno de los puntajes más altos en Telefe y hasta el día de hoy es una de las comedias de la televisión argentina más memorables. Años después, quisieron hacer el regreso a la televisión manteniendo el mismo elenco, pero cuando Érica expresó que había cosas del guión que se habían quedado atrás en el tiempo en relación a cuestiones de género, fue echada del programa de la forma más dura.
Durante una charla con Filo News, Rivas contó qué fue lo que sucedió a partir de su reclamo, que hizo a través de un mail privado, cómo respondieron la producción y el resto de sus compañeros hombres y cómo esta situación impactó en su vida hasta el punto de que, incluso al día de hoy, le sigue doliendo mucho.
Después de haber opinado que algunos diálogos con chistes sexistas ya no causaban la misma gracia que años atrás, Érica denunció que su compañero Guillermo Francella la llamó “feminazi” y que todos le dieron la espalda. Esto significó una gran angustia para ella, que siempre había estado encariñada y orgullosa del trabajo como actriz que había hecho con su personaje de María Elena y le hubiese encantado poder seguir haciéndolo.
“Re quería hacerlo. Si se pueden ver las cosas de antes, yo creo que casi soy la única que siempre estuvo contenta con su personaje. Siempre estuve feliz de lo que hice, orgullosa también. Incluso yo al principio les decía: ‘Tenemos que hacer una película por año, Los Argento se van de vacaciones, Los argento…’ o algo así, pero me decían que no”, comenzó.
“Yo creo que ellos no quieren que yo esté, me echaron. Yo re quiero estar, para mí es muy importante ocupar ese espacio de representación. Como mujer, como actriz, como feminista. Lo que pasa es que no voy a hacer cualquier cosa”, agregó Rivas, destacando que una de las cosas que más le dolió fue que la producción y sus compañeros hayan reenviado el mail privado que ella les mandó para exponerlo en los medios y burlarse de ella.
“Hubo mucho daño, a mí todavía me sigue doliendo lo que hicieron ellos. Fue feo. Mandar un mail privado a un programa de esos horribles, también me sigue doliendo. Me parece que lo que digo es algo muy básico”, continuó, y agregó que no se esperaba para nada esta situación.
Por otro lado, cuando salió a la luz todo este escándalo a Érica le chocó que la cuestionaran solamente a ella cuando era algo tan sencillo de comprender. “La gente necesitaba que yo le explicara lo que pasó y yo pensaba: ‘¿Por qué tengo que explicar esto si es muy fácil de entender?’. Me echaron por romper las pelotas. Es así. Me echaron porque soy un grano en el orto”, cerró.
El debate interminable entre los humoristas: ¿se puede hacer humor con todo?
Un tema que está muy presente desde siempre entre los actores y humoristas es el debate sobre los límites del humor y las ideologías que se esconden detrás de los chistes que lastiman a otros o que les faltan el respeto a las minorías. Sobre esto, Érica explicó que “que se puede se puede, porque de hecho sigue pasando”, pero que para ella su rol de comunicadora implica una responsabilidad muy grande.
“La cosa es que para mí es un compromiso. Cuanto más conocido es algo, más compromiso tiene sobre qué es lo que estamos diciendo. Para mí ahí hay un compromiso de qué es lo que estamos perpetuando, a quiénes estamos haciendo doler. Me parece que siempre hay que burlarse del poder. Si me voy a burlar de una persona que está sufriendo no tengo ganas, no me gusta. Me parece que no es algo bueno para poner en la tele”, finalizó.