María Rosa Fugazot es una de las grandes artistas que nació en la República Argentina. Sin embargo, y pese a haber integrado diferentes elencos en los que se destacó, su vida llegó a un triste desenlace tras años de éxitos y consagraciones en diversos ámbitos del arte argentino. "Sólo le pido a Dios que me de salud", supo decir.
La actriz no pasa un buen momento económico. En diálogo con Jubilados TV, María Rosa Fugazot detalló: "Yo nunca me quedé con la jubilación, si hubiera tenido que vivir de mi jubilación me suicido. Lo ridículo es que una vez que me jubilé con 65 años, después de haber pagado por 60 años la jubilación, no me tocó ninguna ventaja, ni tengo retroactivo ni un pito, es decir, nunca me toco nada. De todas formas, he seguido pagando porque tuve que volver a inscribirme en monotributo para volver a trabajar”.
“Yo me pude haber ido de Argentina en su momento, pero decidí quedarme y yo no protesto de lo que pasa porque nos pasa a la mayoría pero si de lo que me quejo es de haberle dado tanto al país, haber sido respetuosa de todas las leyes, haber pagado siempre lo que correspondía de haber rascado de donde no había para pagar, para no deber, para no ser deudora o morosa y al final no me sirvió de mucho y hoy mismo tampoco”. agregó Fugazot, quien dio detalles de cómo vive actualmente.
María Rosa Fugazot vive con una amiga
Asegurando que logró dejarles inmuebles a sus hijos, María Rosa Fugazot resaltó en Detrás de escena: “Si bien tuve mi casa y con César Bertrand, mi marido, tuvimos también una quinta, luego repartimos todo: la quinta se la quedó nuestro hijo Javier y el departamento se lo dejé a mi hijo René y le hice la sucesión en vida así no tiene quilombos ni pierde guita cuando yo me muera con los tramiteríos".
"Los dejé tranquilos en ese departamento a René con su mujer Belén y sus hijos Sofía y Franco, y yo me fui de prestado a la casa de una amiga que tengo hace 60 años. Como se fueron los inquilinos, me la ofreció y entré en un lugar que estaba con deudas y destruido. De a poco lo voy arreglando, me ocupo de conservarlo y pagar los muertos que dejaron ahí. Como tenía a otra amiga que estaba colgada como yo y sin tener donde vivir, la sumé conmigo y estamos las dos en la casa. La edad no me molesta y solo le pido a Dios que me dé salud, trabajo y poder seguir luchando. A mí lo que me mata es la falta de laburo porque tengo que pagar las cosas y si no trabajo, no como", cerró Fugazot.