Susana Giménez viajó junto con su hija y su nieta desde su chacra de Punta del Este hasta su casa en Buenos Aires. A pesar de la corta distancia entre ambos lugares la diva de Telefe y sus allegadas tardaron más de tres horas en llegar a destino, ya que tuvieron un imprevisto ante el que debieron reaccionar sin dudar.
Sarrabayrouse y Giménez llegaron al aeropuerto y en ese momento la mujer de 60 años se dio cuenta de que se había olvidado una de sus valijas en la mansión de su madre. Dada esa situación, Mercedes debió volver a La Mary, chacra ubicada a 25 kilómetros del aeropuerto uruguayo. Por ese motivo, Susana tuvo una hora de espera en dicho establecimiento, dado el descuido de su hija.
Giménez y su hija se encontraron con bastante gente en el aeropuerto, proveniente de vuelos de Chile y Paraguay, lo que también generó un retraso en el viaje de la diva. Como si todo eso hubiera sido poco, Lucía Celasco, nieta de la diva, se dio cuenta de que se había olvidado una bolsa de equipaje en el avión.
Susana Giménez, sobre sus momentos de felicidad
"Casi todos tienen que ver con estar con mi hija o con los perros. Estoy muy campesina ahora. Me gustan los animales que tengo, darles de comer, todos los días levantarme y llevarlos al lago que se bañen. Y les doy (comida) a los patos, a las carpas", expresó Giménez en diálogo con Tatiana Schapiro en Infobae. Y agregó: "Cuando nacieron los perros me encantó verlos. Después, el trabajo era tan espantoso que no quise ir más, porque hacían de todo por todos lados los cachorritos (risas). Dije: “¡Dios mío!”, y fueron fatales. Todavía son chicos. Van a cumplir este año".
Además la diva de Telefe aseguró que hoy en día su nota soñada es con Lionel Messi tras el triunfo de la Selección Argentina en el Mundial de Qatar 2022 y recordó cuál era su nota más anhelada en los 90. "Es como la que quise toda mi vida en los 80, en los 90: la de Richard Gere. Yo decía: '¡Quiero a Richard Gere, quiero a Richard Gere!'. Me escribió una carta y todo: 'No puedo porque tal cosa, tal otra'. Bueno, al final un día me lo encontré en un bar en New York y estaba con la mujer. No me animé a decirle que era yo. Lo miraba y le decía al que estaba conmigo: 'Correte que lo quiero mirar'. ¡Ay, qué lindo que era, qué hombre divino!".