Patricia Martínez, una mujer oriunda de Rosario, se presentó en Los 8 Escalones del Millón (El Trece) para participar por un millón de pesos. De todos los concursantes, fue la primera en animarse a levantar la mano y presentarse. Cuando contó la razón por la que necesita ese dinero, su historia personal conmovió tanto a Guido Kaczka como a los demás participantes que estaban al lado suyo.
Patricia trabajaba hasta el año pasado, 2021, como cuidadora de personas mayores, pero tuvo que abandonar su trabajo tras la muerte de su hijo. Al revelar la razón por la que quería ganar el premio para viajar a Mendoza, conmovió a todos los que la estaban escuchando. “¿Quién va a empezar en este escalón? ¿Quién arranca esta tarde por el millón? Patricia levantó la mano tímidamente, con prudencia”, comenzó relatando el conductor al comienzo del programa.
Cuando Kaczka le preguntó por qué había dejado de trabajar, ella contestó: “Me lesioné, pero no fue por eso. Fue por una desgracia muy personal, la muerte de mi hijo, y dejé de trabajar. Estoy acá para honrarlo. Este momento que me dan ustedes es eterno, para mí, pase lo que pase”. Kaczka se quedó mudo y, al cabo de unos segundos, le expresó: “Tu hijo… ¿cómo hacemos para hablar de eso y no llorar? Para nosotros es un honor tenerte acá como participante. Tu manera de ser, que ni nos conocés, pero ya se nota que empezaste alzando la mano para comenzar el juego”.
Patricia contó que vino a Buenos Aires con una amiga de la infancia para participar del programa y reveló qué fue lo que la motivó a estar ahí: “Le avisé desde el chacarero hasta el que vende diarios que venía a participar en este concurso... Quiero el millón para ir a Mendoza con mis tres hijas a esparcir las cenizas de mi hijito. Siempre quiso volver a Mendoza conmigo y no pude. Quiero esparcir sus cenizas para que su alma esté en paz”. Lastimosamente, Patricia no logró consagrarse como ganadora, pero su historia se volvió viral en las redes sociales.
Otra historia conmovedora en Los 8 Escalones del Millón
De vez en cuando, Guido recibe en su programa a participantes con historias de vida así de fuertes. Este también fue el caso de Gabriela, una mujer que trabaja como empleada doméstica y que quería ganar el premio para darles un hogar a sus hijas después de que su propia casa le haya sido arrebatada. “Mi papá siempre nos dijo que edifiquemos ahí y nosotros queríamos intentar tener algo nuestro, con nuestro trabajo. Al fallecer mi papá, decidimos edificar en la casa de mi mamá, y mi mamá es una persona muy complicada. Mi mamá nos sacó la casa que habíamos construido”, comenzó.
En esa casa vivía la hija de Gabriela, quien fue desalojada de su casa con una hija de 4 meses. “Gracias a Dios, el 11 de enero, el juez dictaminó devolverme las llaves porque se comprobó que todo lo que ella decía era mentira y pude verificar que era mi casa, y todo... esto lo llevo acá y se lo tengo que devolver a mi hija. En plena pandemia, el 3 de mayo, la sacaron 3 policías y un juez con una bebé de cuatro años y dos meses, a la calle”, continuó.
Gabriela cerró su relato con una promesa para sus hijas: “Voy a morir con eso, porque una madre no hace eso, una madre protege y abraza. Una madre está siempre hasta el final con un hijo, por eso estoy acá. Tengo dos trabajos, trabajo en un consultorio odontológico y de ahí me paso a buscar a los chicos, pero no me alcanza. De alguna forma, quiero ayudar a mi hija”.