La periodista Sandra Borghi se expresó sobre el dramático momento que vive, tras haber sufrido un robo de identidad. En una reciente aparición televisiva, la conductora de televisión relató con lujo de detalles las consecuencias que ha tenido ese robo y cómo lo está solucionando.
“Me entero por una colega que supuestamente desde el sábado estábamos hablando. Le dije que no sabía de qué me hablaba, pero empecé a atar cabos, lo puse en el grupo nuestro de trabajo y Pampa Mónaco me contó”, comenzó su descargo la periodista y así aseguró que la persona que se hace pasar por ella tiene un alto nivel de obsesión.
Borghi continuó con su relato y ofreció aún más detalles del momento que atraviesa: “Una colega de otro canal, Sofía Monachelli, me había hecho un comentario hace un tiempo y ayer me había vuelto a preguntar. Me dijo que había bloqueado a Sandra porque le había pedido el teléfono para seguir la charla por ahí, porque le había ofrecido trabajo diciendo que estaba armando un programa solo de mujeres. Me están llegando mensajes diciendo que también recibieron chat que eran supuestamente de Sandra preguntando lo mismo, pensé que era ella”.
“A Paula Galloni le dijeron lo mismo, que eran solo mujeres, y hay otra periodista de Crónica también que le dijeron lo mismo y hay otra más que me pidió preservar su identidad. Ahí empezó la charla, pero derivó en otra cosa”, siguió la periodista y sumó: “Esta soy yo supuestamente, está creado con mi nombre. En el chat habla de otras periodistas y en un momento se pone pesado, preguntando cómo se manejaban con el tema outfit, preguntándole qué pensaba de colegas jóvenes y en un momento determinado le empieza a pedir fotos y videos. En un momento se pone pesada porque le empieza a preguntar las medidas o que les molesta de su cuerpo”.
Sandra Borghi tomó cartas en el asunto y fue a la justicia
Hacia el final de su descargo, Sandra Borghi dejó en claro que su conflicto ya cursa la vía legal: “El chat ya está en la Justicia, yo ayer le envié a Sol Pérez todo esto y me decía que no entendía nada. Mirá la locura que manejaba, a las 9.30 le decía ‘Bueno, esperá que entró al aire’ y a las 11.30 le decía ‘Ya salí, sigamos el chat’. Un nivel de enfermedad tal”.