El Hotel de los famosos volvió a poner en el prime time de la televisión argentina a los reality shows que tanto furor causaron en los primeros años del 2000. Una de las figuras que surgió de ellos fue Tamara Paganini, subcampeona de Gran Hermano, quien abrió su historia y reconoció que resultó muy dañada por las repercusiones que tuvo en su vida la participación en el programa.
Tamara Paganini pasó por LAM y dialogó con Ángel de Brito sobre el lado menos conocido de los reality shows. “En ese momento no había ni siquiera teléfono con cámara, yo estaba aprendiendo lo que era un mail, no había información”, reveló la ex participante, y resumió en una palabra lo que vendría después: “No esperábamos ni locos todo lo que nos pasó”.
“No podía entender que la gente me corriera por la calle, que tuvieran una remera con mi cara”, admitió, y comparó la situación con veinte años atrás, que en este caso, son todo. “La gente te ama o te odia, pero en ese momento el hater te escupía literalmente en la calle. Me pasaba de ir caminando con mi novio y dos pibas de 20 años se me pararan enfrente y que me dijeran ‘puta de mierda’”, señaló.
Para evitar estas situaciones de acoso, Tamara contó que tuvo que apelar a una estrategia. “Me tenía que vestir de hombre para andar con la calle. Usaba gorrito y barba postiza. Me ponía faja y caminaba a lo chabón para que no me miren ni siquiera como mujer”, reconoció. Pero había momentos en que la situación se salía de control: “He salido de boliches con partes íntimas lastimadas, un pezón, me han roto la ropa”.
En la búsqueda de escapar de los medios
Para escapar de esas situaciones, creyó que había encontrado una solución alejándose de la gran ciudad: “Me fui a vivir a Córdoba, pensé que irme de los medios con tanta gente que quiere ser famosa iba a ser más fácil, pero me convertí en figurita difícil y me buscaban un montón”, lamentó. Sin embargo, por necesidad tuvo que volver al medio del que se había alejado, ya que no conseguía trabajo en otro rubro. “No tenía para comer. Entonces hacía una foto en Paparazzi y me llamaban de boliches”, recordó.
Finalmente, la exparticipante de GH encontró un rumbo por fuera del medio y, hace ocho años, trabaja en un laboratorio de alta complejidad y se permite mirar con otra perspectiva su experiencia en la casa más famosa del país. “Recién ahora estoy sanando. Me llevó 20 años y todo este tiempo de terapia en terapia”, admitió.