El periodista deportivo, Gastón Recondo, es uno de los más reconocidos para cualquier futbolero. Si bien arrancó en TyC Sports, rápidamente, saltó a diferentes programas de radio y de otro canales, pero muy poco se conoce sobre su vida privada, ya que no es muy adepto a las entrevistas. Sin embargo, en la previa del mundial el periodista deportivo reveló, en una charla, los problemas que tuvo en su infancia y el calvario que vivió con sus padres: "Se equivocaron y mucho". Además, contó que su madre lo llevaba "al umbanda".
El periodista deportivo reveló que sus padres se separaron cuando él tenía tres años y que entre ambos había "serias diferencias". En este sentido, si bien contó que nunca vivió momentos de violencia física reveló que vivió un calvario por la mala relación que tenían sus padres. "Fue una infancia brava. Yo no guardo rencor ni con mi mamá ni con mi papá. Creo que ellos se equivocaron y mucho, pero que lo hicieron desde el amor, porque yo nunca me sentí no amado. Aunque alguno se enoje, la alienación parental existe", reveló Recondo en charla con Infobae.
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Con respecto a lo que le tocó vivir, en la misma entrevista, Recondo reveló que teniendo 9 años, le gritaba a su papá: "Le decía que lo odiaba para agradar a mi mamá o para que mi mamá no sufriera, porque yo la veía todos los días llorar porque mi papá había hecho o había dejado de hacer algo. Y yo le tomé idea a mi papá". En este sentido, también contó que luego intervino la justicia: "Un día un juez dispuso que me fuera a vivir con mi papá, y para mí fue un desgarro tener que desprenderme de mi mamá. Para ella fue peor. Pero a la media hora de haberme mudado con mi papá, con 10 años recién cumplidos, en ese mayo del 83, no me olvido más que estaba con él y con su abogado y comiendo pensé: “Pero yo no siento odio por mi papá, ¿por qué le dije tantas veces que lo odio? Si hace media hora estoy con él y es mi papá”".
Por otro lado, reveló que, de muy chico, se convirtió en un "especialista de la mentira" ya que lo hacía para agradar a los 10 años. "En ese momento aprendí a mentir: a los 10 años era un especialista en la mentira. ¿Qué le iba a decir a mi papá? ¿Que iba con mi mamá al umbanda? Si le decía eso no me dejaba verla más y yo la quería ver a mi mamá. Y además mi mamá me podía tomar como un delator, como un botón, como un buchón. Y yo no quería que mi mamá se enojara conmigo. Entonces mi mamá me llevaba al umbanda y cuando volvía a lo de mi papá yo tenía que decirle que había estado en una plaza"