Llegó a eso de las 16:20 del viernes 24 de febrero a la redacción de El Destape. Se preparó un mate, le convidó algunos a diferentes periodistas y después se sentó en el sillón a charlar. Ariel Ansaldo es lo que se vio en Gran Hermano, un tipo bonachón que siempre le va a meter buena onda a la situación que se le ponga enfrente.
Ariel asegura que se lleva de maravillas con todos los jugadores de Gran Hermano, menos con uno. "Con Alfa, no. Ahora nos llevamos así nomás, pero tampoco me vuelvo loco por llevarme bien. Con distancia física y verlo 20 minutos por semana, una hora, en un programa, estamos", aseguró Big Ari, que se ganó a gran parte del público del reality más visto del país.
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-¿Quién es Ariel Ansaldo?
-Es un pibe que tuvo un sueño de chiquito, a los seis siete años empezó a decir "algún día quiero estar en la tele". Es un pibe que se crió viendo a los cómicos, a Olmedo, Carlin, Brandoni, Bal, y de repente dijo "quiero estar en la tele" y persiguió ese sueño de toda su vida. Lo cumplió a los 45 años con humildad, con esfuerzo, con tenacidad, con muy buena predisposición. Ese es Ariel Ansaldo.
-En Gran Hermano sufriste destratos, ¿fuera de la casa y en tu infancia padeciste discriminación de algún tipo?
No. Yo no sabía jugar al fútbol y mis amigos me cargaban cuando perdíamos. Pero nada más, yo me adaptaba a ellos. No jugaba a la pelota y les tiraba piedras en la cancha. Hacía las hamburguesas en los cumpleaños. Siempre está ese recuerdo mío, me gustaba el tenis. Me gustaba ir a pescar... No sufrí discriminación. Después tuve una época, hablando de gordura, en la que vi cómo algunos chicos sufrían y la discriminación pasaba cerca. Pero a mí no me pasó, no estuve triste por eso nunca.
-Siempre se te ve muy positivo, ¿pasaste momentos difíciles en tu vida?
-Sí, primero muy de pibe, la muerte de mi hermano. Yo tenía 3 años. Él tenía uno. Tengo pocos recuerdos, pero hasta el día de hoy cuando escucho un bebé llorar, tipo recién nacido, se viene el recuerdo ese. La verdad que después con el tema de la salud de mis viejos, son malos recuerdos cuando no están bien.
-Tu mamá no la pasó bien en el último tiempo.
-Se vino un poquito abajo con la exposición en Gran Hermano. Pero no hay ningún culpable, mi viejo se lo toma de otra manera. Él, que superó un cáncer de próstata, lo entendió y con con 84, mi vieja con 74 no lo va a entender nunca. Es una madre que ve que están forreando al hijo. Mi viejo lo ve como lo que fue, un reality. Pero no es joda, porque por más que tengas 40 años a las madres le hace mal. Comió menos, pero se ve flaquita, creo que está pesando 54 kilos. O sea es eso, no está en cama pero se deterioró un poco, vamos ahora a levantarla. Pero ocurrió, es la verdad.
-¿Y fue difícil el período en el que tu papá peleó contra el cáncer?
-No fue terrible ni fue fácil, porque de seis personas que tenían lo mismo, muchas no lo pasaban. Si no tenés una constancia, hay momentos que decís... "Tengo las bolas llenas de ir a tratamientos, de ir acá, allá". Viste que te podes dar por vencido, pero el ejemplo que quiero dejar es la contención, y hay que estar. Hay que estar ahí, hay que estar ahí tomando una decisión, cuando viene la ambulancia, cuando viene un médico de PAMI, la decisión de ir a consultar otros médicos. Es así, eh. Hay que estar a fondo, hay que estar. Es el único ejemplo que doy con eso.
-Contame qué sentiste cuando no quedaste seleccionado en la primera camada de Gran Hermano (NdeR: ingresó en medio del juego)
-Fueron cuatro meses de casting, cuando me dicen no 15 días antes de que arranquem en octubre... Estaba muy triste, había depositado mucha ilusión, mucha. Y yo decía, fíjate lo que pasó después, no podía entender cómo había quedado afuera porque había hecho muy buenos castings. Había hecho todos los análisis, todo lo que hicimos, los test psicológicos, todo. Me dijeron que no y seguí yendo al gimnasio, a natación seguía yendo, seguía haciendo el quincho... Pero terminaba de hacer todo y llegaba, me encerraba en la pieza y no tenía ganas de salir. No hablaba con nadie, iba al gimnasio y estaba triste, caminaba triste, la gente me decía "Ari, te veo caminar triste". Yo soy de hacer chistes, joder, siempre tengo algo para contar. Todo eso no estaba, duró tres o cuatro semanas y arranqué con el TikTok por si de la producción me veían. Y se dió. Yo aparte leí sobre depresión. Bueno, no fui a terapia, pero no tenía ganas de hacer lo que siempre me gustó. Y hay que salir, buscar nuevos horizontes, nuevos objetivos, nuevas metas, nuevas ambiciones sanas que te saquen de la zona de confort, de la mediocridad en donde se envuelve uno. Tenés que levantarte de tu cama y darle para adelante.
-¿Y después de Gran Hermano qué objetivos hay por alcanzar? En el programa te presentaste como actor.
Sí, y creo que bueno, no. Estudié desde el '97 en el Centro Cultural ahí en Berazategui. Quiero hacer ficción, con Suar, con los Ortega, yo quiero castinear. No quiero que nadie me regale nada. Si hay un reality nuevo, voy y lo castineo sin ningún problema. Mi papel favorito sería de antihéroe, no te digo Mister Bean pero tengo esa facilidad en mi forma de hablar. Me gustaría hacer un desde un infantil en teatro para hacer reir a los pendex. Hasta podría hacer cualquier ficción cómica.
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En esta entrevista, Ariel Ansaldo se mostró como nunca antes y hasta se animó a contar infidencias de su pasado como "galán". Él siempre recalcó dentro de la casa de Gran Hermano que antes era "muy fachero". De hecho, dio algunos detalles privados con alguna persona importante del teatro nacional y reveló uno de sus apodos más secretos.
-Te gusta el palo de la actuación, del teatro, y en el barrio tenías fama de galán... ¿Tuviste algún romance fugaz con alguien conocido?
-Fui a un teatro Mar del Plata, pero queda en mí, no lo puedo decir ni loco porque sería al pedo. Sólo puedo decir que fuimos a ver una obra de teatro y salió la vedette afuera a buscarme. Me dijo 'sos hermoso, te vi por los ojitos de la cortina'. Hablamos, que esto, que lo otro, y pasamos un romance de unos días. Pero no voy a decir el nombre, no puedo. Sí te digo que me fui todo de purpurina, porque no se usaba glitter como ahora. Yo salía y al otro día me iba a laburar todo lleno de purpurina, así era un cago de risa.
-¿De dónde viene el apodo "Gatito"? ¿Tenés otros sobrenombres que no conozcamos?
-En Mar del Plata me decían Johnny, porque yo hacía una porción para Pepsi Twist y estaba Johnny y yo era uno de ellos. Estamos teñidos de morocho, íbamos a programas de televisión, desfiles... En la Facultad de la Universidad de Quilmes donde estudié (NdeR: es Licenciado en Comunicación) me conocen por "Papi" porque estamos jugando un torneo del truco cuando arrancamos la facultad en el '96 y decía 'vení a papá. Ganamos y quedó "Papi" de por vida. ¿Y el Gatito? Por el Gato, mujeriego exitoso. Bueno, la noche, esas cosas.
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-¿Cuál es tu mejor recuerdo como hincha de River?
-Hasta que entré a GH, lo mejor que viví intensamente fue esa final, la de Madrid. Después le ganó Gran Hermano, está en segundo puesto. Veníamos de que no habían querido jugar, de las declaraciones de Tevez. Después fuimos allá (a Madrid), es histórico cómo se ganó. Y me acuerdo que mis amigos de Boca habían quedado mal. En serio, por mucho tiempo chicos que fueron allá quedaron mal. Ahora sí nos podemos joder, ellos a nosotros cuando descendimos también, pero en ese momento te juro que a mis amigos no los cargué. Fue intenso.
Por qué El Quincho de Ansaldo ya no abrirá sus puertas y cuál es la receta de Ariel para la salmuera
Asador de pura cepa, Ariel Ansaldo protagonizó uno de los episodios más dramáticos y graciosos (a la vez) dentro de Gran Hermano. Y el mismo ocurrió cuando se peleó con Romina y Alfa por la realización de una salmuera que finalmente terminó haciendo la exdiputada. Ahora bien, la receta del asador nunca se había conocido hasta ahora.
-¿Qué tiene que tener una salmuera hecha por Ariel Ansaldo?
-Laurel, romero y sal. La básica. A partir de ahí, le podés poner un poquito más de cosas, podés poner perejil... Yo le ponía medio caldito a la del quincho, medio caldo de verduras que esté disuelto ahí en 2 litros de agua. Todo viene bien. No hay forma de que salga mal la carne si la carne es buena, pero esos son los ingredientes básicos. Después le podés agregar lo que quieras, hay gente que le pone un poquito de pimentón ahumado. Yo le he agregado para darle un poco más de gusto pero con ajo, laurel y romero estamos.
-¡Si te habrás peleado por ese romero!
Dios mío, qué buena que estuvo esa. Viste lo que era la salmuera de Romi, todo verde abajo, parecía un pan de césped que le habían puesto. Ahí tenés, viste cómo es Gran Hermano. Pero fíjate con Romina tuvimos esa discusión un domingo, el lunes estábamos mal. Fijate porque hay personas que de una discusión se nutren y están nuevas, se potencian. Con Romina quedamos mal después de eso y tuvimos una charla hermosa. En un momento salgo de la pieza y Romina estaba en el espejo y le hago así como diciendo "ya está", yo ya pensaba que me iba. Nos dimos un abrazo, se nos cayeron unas lágrimas y después encima quedé. O sea, pasé la placa y nunca más tuvimos un drama, así es la vida con la gente de bien, entendés.
-¿Y ahora vas a hacer la salmuera en el quincho?
-No. La carne está cara y no quiero que la gente se quede afuera. Tengo que comprar la carne y venderla. No quiero venderle algo caro. Quiero que vengan ahí y nos sacamos fotos y hacer otra cosa. Si me dicen que tengo que cocinar y juntar guita para un comedor, voy y cocino por ahí. No voy a abrir el quincho como antes porque, ponele, el baño era el de mi casa. ¿Entendés? No daría el lugar, vendría un montón de gente. De todos modos, el quincho fue lo mejor que me pasó porque ahí empecé a hacer videos en pandemia.