Amalia Granata se refirió a las denuncias por abuso sexual que recibió Diego Maradona y Rocío Oliva la cruzó en pleno vivo. La expareja del futbolista y la diputada se encontraron en la mesa de Mirtha Legrand en El Trece y protagonizaron un duro cruce.
"Perdón que arruine este momento tan hermoso, pero acá no hay que olvidarnos que Maradona –más allá de lo que fue como futbolista, que eso no lo discuto ni me meto- fue un abusador. Abusó de una menor", comentó la legisladora que tuvo declaraciones transfóbicas hace algunos meses, al manifestarse en contra de las políticas orientadas a la población trans.
Granata recordó que la denunciante de Maradona alega haber sido traída desde Cuba a Argentina ilegalmente. "Le operó las lolas, la introdujo a las drogas, y de eso también hay que hablar", agregó. En ese momento, Oliva saltó a defender al jugador de fútbol y enunció: "Igual, ahí… Al no estar él para defenderse. Creo que siempre es bueno escuchar un poco todo".
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"Más allá de la defensa, están las fotos de él con la chica besándose”, concluyó Granata. Como acotación la periodista Pilar Rahola también se metió en la polémica y se mostró del lado de la diputada: "Yo puedo entender que tengas una historia personal de amor, ahí no entro ni tengo nada que decir, pero es evidente que un hombre que fue modelo de futbolista, no fue modelo como ciudadano. Y eso también hay que decirlo porque, al final, vamos a blanquear aspectos de su vida que no son nada ejemplares".
El papelón de Amalia Granata tras el intento de magnicidio a Cristina Fernández de Kirchner
La ex participante de Bailando por un Sueño se pronunció en su cuenta de Twitter tras el intento de asesinato a la Vicepresidenta de la Nación y soltó: "Todo armado que pantomima!!! ya no saben que hacer para victimizarla. Y para q suba en las encuestas !demasiados obvios. Se les acaba la joda del choreo y la corrupción. Vamos argentina que podemos salir adelante sin estos delincuentes". Por ese motivo, Granata recibió un sinfín de críticas porque lo ocurrido en la puerta de la casa de CFK en Recoleta significó el atropello a la democracia más grande desde el final de la última dictadura cívico-militar.