Los personajes de la televisión argentina tienen formas de ser diferentes. Como en la vida misma, dentro de la pantalla chica no todos los pensamientos son idénticos entre pares, y el caso de Alejandro Rial aplica a la perfección. Habiendo sido conductor de uno de los noticieros más vistos en Canal 26 durante varias temporadas, ahora decidió abrirse de los medios para ser maestro de yoga.
Tras el fallecimiento de su esposa Mary, quien estuvo seis años y medio en coma producto de una accidente automovilístico, el ex líder de uno de los envíos informativos de Canal 26 decidió cambiar su vida. De hecho, modificó su nombre, se hace llamar Amrit y vive en contacto con la naturaleza en una comunidad de Córdoba.
En diálogo con Para Ti, Alejandro Rial aseguró: "Lo primero que a mí me venía… creo que fue un instante. Todo lo que había aprendido me traía conciencia de esto que nos estaba pasando. Había algo en mí que me decía ‘no es por qué me pasó a mí’ porque yo presento este tipo de noticias todos los días en el noticiero. Es para qué me pasa esto, qué voy a hacer, qué transformación me va a traer, a dónde me va a llevar, qué voy a hacer con el dolor y la posibilidad de la muerte en cada instante. En estos procesos tenes que esperar, transitarlos. El universo me trajo algo así como: ‘¿Vos estas preparado para acompañar a las personas en sus crisis? Ok, a ver si de verdad lo estás y hasta a dónde te animas a ir’. Ahí fue el gran cambio".
"Me parecía que las personas no me entendían. Entonces, empecé a preguntarme cómo podía hacer para que todos me entendieran. La primera idea que se me ocurrió era que cambiaran ellos en lugar de cambiar yo. Después tomé un taller de desarrollo personal en donde me vino un montón de información y herramientas sobre esto. Yo tenía que cambiar. Cuando cambio yo, cambia la forma en la que el entorno me mira y se vincula conmigo. Así que ese fue mi gran proceso", agregó Amrit Rial, quien da clases de yoga y también brinda consejos a través de las redes sociales.
Alejandro Rial nunca se imaginó como periodista
"La verdad es que nunca me imaginaba una vida como periodista. Me parecía como de esas casualidades del mundo. A la vez, sentía una admiración enorme por Andrés Percivalle que conducía con Mónica Cahen D'Anvers el noticiero de El Trece. Era: ‘uf, como me gustaría hacer eso’. Era inalcanzable, me parecía que a ese lugar sólo llegaban unas personas elegidas. Arranqué como cadete en la Editorial Perfil, después fui notero, cronista, redactor y esas cosas. Un día llegó la tele y después la radio. Nunca me lo hubiera imaginado. Si, cuando era chico, me imaginaba que me gustaría vivir en un campo o en una granja. No en la ciudad. A la vez, toda mi adolescencia, hasta mis cincuenta años, siempre atrapó la ciudad con todo lo que tiene".