Una vez más, Marcela Tauro se estaba quejando del cansancio que le dejó el coronavirus. “No se me va, che. Sigue. Persiste. A las 7 de la tarde ya estoy para irme a la cama” dijo la periodista. No esperaba escuchar la anécdota que contó Alejandro Fantino para contar qué secuelas le quedaron a él tras superar el COVID-19.
“Yo no huelo nada, che. Perdí el olfato por completo y todavía no me volvió”. Lo miraban la propia Tauro, el resto de los panelistas de Fantino a la tarde (Luis Ventura, Fernanda Carbonell y el doctor Mauricio Dalessandro) y un invitado que se viene repitiendo seguido desde que explotó la pandemia: Claudio Belocopitt, uno de los empresarios más importante del país del sector privado de la salud.
Y añadió: “Los otros días me puse a hacer unas carnes a la parrilla en la parrilla eléctrica que tengo en casa. ¿Ustedes saben que como no huelo nada todavía se me quemó una entraña?”. Ante las primeras reacciones, el nacido en San Vicente aclaró que “es verdad, se me fue el punto, que además no es tan fácil encontrarlo“.
“Estaba ahí y de repente dejé de ver. Ni a la lora veía. Nada. Se me había llenado todo de humo. Entonces dije “Pero qué pasa, si no huelo nada extraño”. Y no, se me había quemado la entrañita, pero yo no me daba cuenta porque todavía no recuperé el olfato. Es tremendo“.
Coronavirus en el programa de Fantino
Fantino a la tarde fue uno de los programas más afectados por la pandemia de coronavirus. Luego de que una productora diera positivo, todo el equipo se tuvo que aislar. Pero después se contagiaron Fantino, Dalessandro y por último la Tauro, y hasta tuvo que hacer un reemplazo Horacio Cabak en la conducción.
“Me tuve que hacer 8 hisopados en total” contó Luis Ventura, en lo que podría considerarse un récord, al menos para la televisión argentina.