El mate es mucho más que una simple infusión. Es una tradición arraigada en la cultura de muchos países sudamericanos, y su preparación tiene un arte y una ciencia detrás. Uno de los aspectos clave de esta bebida es el agua utilizada para su elaboración, y aquí es donde entra en juego la química.
La temperatura ideal: el secreto del buen mate
Cuando vertemos agua sobre la yerba, se produce un proceso de disolución de ciertos compuestos que le dan al mate su característico sabor. La temperatura del agua juega un papel fundamental en este proceso. Si el agua está fría, apenas se disuelve nada. Pero a medida que aumenta la temperatura, aumenta la capacidad de disolución de estos componentes, permitiendo que el mate adquiera su sabor distintivo. Los expertos coinciden en que alrededor de 80°C es la temperatura ideal para lograr que los compuestos de la yerba se disuelvan de manera gradual, asegurando así un mate rico y duradero, mate tras mate.
El peligro del agua hervida
Entonces, ¿por qué se desaconseja utilizar agua hervida para el mate? La respuesta radica en el exceso de temperatura. Cuando el agua hierve a 100°C, su capacidad de disolución se incrementa considerablemente, lo que puede resultar en la extracción rápida de todos los compuestos de la yerba en apenas unas pocas cebadas. En este caso, se dice que el mate "se lava" y pierde su sabor rápidamente.
El mito del aire disuelto
Algunas personas sugieren que el agua hervida pierde el aire disuelto en ella, lo que afectaría al sabor del mate. Sin embargo, no hay evidencia científica que respalde esta afirmación. Para comprobarlo, podrías realizar un experimento simple: preparar dos mates idénticos, uno con agua calentada a 80°C y otro con agua hervida y enfriada a la misma temperatura. Luego, ofrecerlos a personas que no sepan cuál es cuál y observar si encuentran alguna diferencia en el sabor. Repitiendo este experimento con varias personas, podrías determinar si se trata de un mito o una realidad.
El arte de la preparación del mate
Preparar un buen mate va más allá de simplemente verter agua caliente sobre la yerba. Acá te dejamos los pasos para lograr una infusión perfecta:
- Calentá el agua a aproximadamente 80°C y colócala en un termo.
- Llená el mate con yerba hasta las tres cuartas partes.
- Tapá la boca del mate con una mano, dale la vuelta y agítalo suavemente para quitar el exceso de polvillo.
- Acomodá la yerba para dejar un hueco en un lado del mate.
- Vertí suavemente agua en el hueco y deja reposar un momento.
- Introducí la bombilla en el hueco húmedo.
- Cebá el mate arrojando el agua sobre la bombilla, procurando mantener seca la yerba restante para disfrutar de un mate sabroso durante más tiempo.