El compostaje es una práctica sostenible que permite reciclar residuos orgánicos y obtener un abono de excelente calidad para nutrir nuestras plantas. Desde el INTA aseguran que aproximadamente el 50% de los materiales desechados en el Área Metropolitana de Buenos Aires podrían transformarse en valioso abono. Acá te presentamos los pasos clave para realizar un proceso de compostaje con éxito en tu hogar.
¿Qué es el compostaje?
El compostaje es un proceso biológico que realizan microorganismos aeróbicos bajo condiciones controladas de humedad, temperatura y aireación. Este proceso transforma residuos orgánicos degradables en un producto estable conocido como compost o abono orgánico. El compost resultante puede utilizarse para mejorar las condiciones del suelo, reteniendo más humedad y proporcionando nutrientes a las plantas.
Las fases del compostaje
El proceso de compostaje consta de cuatro fases principales, cada una marcada por cambios en la temperatura y la actividad microbiana:
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Fase mesófila: la temperatura oscila entre 10 y 40°C. Esta fase dura una o dos semanas y se caracteriza por la descomposición inicial de los materiales orgánicos, produciendo calor y dióxido de carbono.
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Fase termófila: la temperatura aumenta hasta alcanzar valores de 60 a 70°C. Durante esta etapa, se produce la descomposición más intensa de los materiales, lo que conduce a la destrucción de patógenos y la pasteurización del compost.
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Fase de enfriamiento: la temperatura comienza a descender, y los microorganismos mesófilos retoman su actividad para continuar descomponiendo la materia orgánica restante.
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Fase de maduración: en esta etapa, el compost alcanza su estabilidad y madurez. La temperatura se estabiliza, y el compost adquiere una textura y un olor característicos. Este proceso puede durar varios meses, dependiendo de las condiciones ambientales y los materiales utilizados.
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La compostera: paso a paso
Existen varias formas de crear una compostera casera, pero aquí te presentamos una opción sencilla y eficiente:
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Preparación del recipiente: utilizá un recipiente como un balde de pintura de 20 litros con perforaciones en el fondo para garantizar el drenaje.
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Agregá los residuos orgánicos: incorporá diariamente los residuos orgánicos en el recipiente y tapalo cuando finalices. Después de algunas semanas, agregá un núcleo de lombrices para acelerar el proceso de descomposición.
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Rotación de los recipientes: una vez que el primer recipiente esté lleno, colocá un segundo recipiente perforado encima y continuá agregando residuos orgánicos. Mientras tanto, el primer recipiente seguirá descomponiéndose.
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Comprobación del compost: el compost estará listo cuando ya no se puedan distinguir los materiales originales, y las lombrices se hayan multiplicado en gran medida.
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Reinicio del ciclo: una vez que el primer recipiente esté completamente compostado, reiniciá el ciclo agregando nuevos residuos orgánicos y rotando los recipientes.
Consejos adicionales
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Mantenimiento: asegurate de mantener una buena relación de carbono a nitrógeno en los materiales compostados y de airear regularmente el compost para facilitar la descomposición.
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Evitá ciertos materiales: evitá agregar alimentos de origen animal, productos lácteos, aceites y grasas, así como plantas enfermas o tratadas con pesticidas al compost, ya que pueden interferir con el proceso de descomposición y atraer plagas.
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Utilizá el compost: una vez que el compost esté listo, usalo para nutrir tus plantas de jardín, macetas o huerto, proporcionándoles nutrientes naturales y mejorando la salud del suelo.