Un reconocido actor estadounidense pasó por dos de las series más vistas por millones de espectadores. Se trata de Stranger Things, producción audiovisual que tuvo grandes críticas por su actuación; y Game Of Thrones, donde su participación quedó completamente desapercibida.
Joseph Quinn es el actor de 29 años que en las últimas horas tomó relevancia por sus gran trabajo en las exitosas series Stranger Things y Game Of Thrones. No solo se lo vio allí, sino que tuvo la posibilidad de interpretar a otras figuras en las cuales pasó desprevenido por su corta participación.
En lo que respecta a Stranger Things, se puso en la piel de Eddie Munson en la última temporada estrenada recientemente por Netflix. A pesar de su tránsito fugaz, encarnó un personaje que causó mucho revuelo en los espectadores, incluso tras haber tenido un desenlace desalentador para los fanáticos.
Por su parte, en Game Of Thrones su actuación fue un poco más sorprendente, ya que nadie se lo imaginaba en la serie furor emitida por HBO del escritor George R. R. Martin. Quinn apareció en un episodio de la temporada 7 llamado El Botín de la Guerra e interpretó a Koner, un soldado Stark, a quien le dio características esenciales para cautivar a los seguidores.
Allí estuvo solo un momento junto al actor Danny Kirrane, quien interpretó a otro soldado Stark llamado Henk, y hay un dato revelador al respecto de su participación. Una de las curiosidades es que el papel de Joseph Quinn fue específico, debido a que dentro de los libros no se encuentra a Korner, el personaje en cuestión.
Emilia Clarke habló de los aneurismas que sufrió mientras hacia Game of Thrones
Emilia Clarke logró el reconocimiento popular gracias a Daenerys Targaryen, su icónico personaje en la serie Game of Thrones (HBO). Ese trabajo le dio muchas alegrías y algunos malestares, que repercutieron directamente en su salud: la actriz sufrió dos aneurismas que la dejaron sin partes de su cerebro.
En diálogo con la BBC’s Sunday Morning, la actriz británica contó que sufrió el primer episodio en 2011, luego de la grabación de la primera temporada, mientras que el segundo, tuvo lugar en 2013. En ambos casos necesitó de varias operaciones de emergencia, en las cuales estuvo a punto de perder la vida.
“La parte de mi cerebro que ya no se puede usar... es notable que pueda hablar, a veces articular, y vivir mi vida completamente normal y sin repercusiones. Pertenezco a la muy, muy, muy pequeña minoría de gente que puede sobrevivir a esto”, afirmó la Madre de los Dragones.
“Realmente falta bastante. En los accidentes cerebrovasculares, tan pronto como alguna parte de tu cerebro deja de recibir sangre por un segundo, desaparece. La sangre encuentra un camino diferente para moverse, pero luego, cualquier parte que falte desaparece”, agregó, profundizando en el difícil cuadro.