La presión arterial baja, también conocida como hipotensión, es un problema de salud que ocurre cuando la presión arterial es significativamente más baja de lo normal, lo que puede afectar el suministro de sangre al corazón, el cerebro y otras partes del cuerpo. En general, la presión arterial normal oscila entre 90/60 mmHg y 120/80 mmHg. A continuación, te contamos las causas de la presión arterial baja y los síntomas que las mujeres pueden experimentar, así como las medidas a tomar frente a esta condición.
¿Qué causa la presión arterial baja?
La presión arterial varía de persona a persona, y una caída de tan solo 20 mm Hg puede ocasionar problemas para algunas personas. Existen varios tipos y causas de la presión arterial baja. La hipotensión grave, también conocida como shock, puede ser provocada por una pérdida súbita de sangre, una infección grave, un ataque al corazón o una reacción alérgica intensa, como la anafilaxia.
La hipotensión ortostática es otro tipo que implica una caída de la presión arterial al pasar de estar acostado a ponerse de pie. Este fenómeno suele durar solo unos pocos segundos o minutos. La hipotensión ortostática posprandial, que afecta principalmente a adultos mayores, a personas con presión arterial alta y a aquellos con mal de Parkinson, ocurre después de comer.
La hipotensión mediada neuralmente (HMN) es más común en adultos jóvenes y niños y puede surgir después de estar de pie durante mucho tiempo. Además, ciertos medicamentos y sustancias, como el alcohol, ansiolíticos, ciertos antidepresivos y diuréticos, pueden llevar a una disminución de la presión arterial.
Síntomas de la presión arterial baja
Los síntomas de la presión arterial baja pueden variar, y se pueden experimentar algunos o varios de ellos. Estos síntomas incluyen visión borrosa, confusión, vértigo, desmayo (síncope), mareo, náuseas o vómitos, somnolencia y debilidad. Reconocer estos signos es crucial para abordar la hipotensión de manera efectiva.
¿Qué hacer si tengo la presión baja?
En casos donde la presión arterial baja no cause síntomas en una persona sana, puede no requerir tratamiento. Sin embargo, cuando los síntomas están presentes, es importante tomar medidas inmediatas. Si experimentás síntomas de presión arterial baja, como mareos o debilidad, sentate o acostate de inmediato. Luego, elevá tus pies por encima del nivel del corazón.
En situaciones más graves, como el shock, se trata de una emergencia médica. En estos casos, se pueden administrar sangre u otros fluidos por vía intravenosa, así como medicamentos para aumentar la presión arterial y mejorar la fuerza cardíaca. Además, se pueden recetar otros medicamentos, como antibióticos, según la causa subyacente.
Si la presión arterial baja provoca desmayo, se debe buscar atención médica de inmediato. La evaluación y el diagnóstico precisos son esenciales para determinar el tratamiento adecuado.