Qué es la hematofobia y cuál es la causa

Los detalles a tener en cuenta sobre la hematofobia, fobia que afecta a un porcentaje significativo de la población y que puede generar reacciones fisiológicas distintas como mareos y desmayos.

26 de junio, 2023 | 13.59

La hematofobia es una fobia común que afecta a aproximadamente al 4% de la población mundial. Se caracteriza por un temor intenso a ver sangre, sufrir una herida, recibir una inyección o someterse a un acto médico sanguinario. Aunque es más común de lo que se piensa, muchas personas afectadas por esta fobia reconocen que su miedo es excesivo e infundado, lo que les lleva a evitar situaciones que lo desencadenan.

Las personas con hematofobia experimentan reacciones fisiológicas distintas cuando se enfrentan a su miedo. Entre ellas, se encuentra el síncope vasovagal, una reacción anómala que puede provocar mareos, náuseas e incluso desmayos al ver sangre. Se estima que entre el 25% y el 80% de los pacientes con hematofobia experimentan esta respuesta.

Síntomas

A diferencia de otras fobias, donde se observa una excesiva activación fisiológica, como aumento del ritmo cardíaco y de la presión arterial, en el caso de la hematofobia la respuesta fisiológica es diferente. Según el catedrático español de psicobiología, José María Martínez Selva, el ritmo cardíaco no solo no aumenta sino que puede disminuir moderadamente. Además, se produce un descenso brusco y pronunciado de la presión arterial, lo que disminuye el riego sanguíneo cerebral, causando mareos y pérdida de conciencia.

Esta particularidad de la reacción fisiológica en los hematofóbicos sugiere que muestran una respuesta de defensa o protección de menor intensidad en situaciones relacionadas con su miedo. Además, suelen mostrar una evitación pasiva del objeto que les genera temor, lo que se refleja en una menor actividad eléctrica cerebral al exponerse, por ejemplo, a imágenes relacionadas con la sangre. Aunque no se observa un aumento de actividad en regiones cerebrales clave para desencadenar una reacción de defensa rápida, como la amígdala cerebral, sí se identifica una mayor actividad en otras áreas cerebrales relacionadas con el control de las emociones.

¿Cuál es el origen de esta fobia?

Quienes sufren hematofobia, generalmente tienen familiares con el mismo miedo, y muchas veces interfiere con algunos tratamientos médicos.

La hematofobia suele manifestarse en la infancia, afectando con mayor frecuencia a las mujeres, aunque tiende a atenuarse con la edad. En algunos casos, puede estar asociada a otros trastornos de ansiedad, y la severidad y angustia que provoca no difiere significativamente de otras fobias. A veces, la hematofobia puede ser compartida por varios miembros de una misma familia, y se cree que puede originarse a partir de experiencias traumáticas o de la observación de otras personas que la padecen.

Es importante destacar que la hematofobia puede interferir en las conductas de prevención de enfermedades, lo que pone en riesgo tanto la salud del individuo como la de las personas a su cargo.

Afortunadamente, la hematofobia puede tratarse y superarse. La terapia cognitivo-conductual y la exposición gradual a las situaciones que generan miedo son enfoques eficaces para el tratamiento de esta fobia. Los profesionales de la salud mental pueden brindar el apoyo necesario y enseñar técnicas de manejo del miedo que permitan a los afectados retomar el control de su vida y superar su temor a la sangre.

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