Despertar con una sensación de cansancio es un problema común que puede tener diversos factores desencadenantes. Muchas personas experimentan una gran pesadez en el cuerpo al despertar, una falta de motivación para realizar actividades diarias y pocas ganas de abandonar la cama. Incluso habiendo dormido lo suficiente, no logran sentirse descansadas al comenzar el día. A continuación, exploraremos algunas causas habituales de este cansancio matutino.
1. Insomnio
Según datos científicos, aproximadamente el 25% de la población sufre de insomnio, un trastorno muy común. El insomnio se caracteriza por la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido durante toda la noche, lo cual afecta seriamente el bienestar y el funcionamiento diario de las personas. Aquellos que padecen insomnio suelen despertarse cansados y experimentar somnolencia a lo largo del día, lo que puede dificultar actividades como el trabajo.
2. Otros Trastornos del Sueño
Dormir es fundamental para mantenernos saludables, pero algunas personas sufren diversos trastornos del sueño que interrumpen el proceso reparador necesario para el bienestar general. La apnea del sueño es uno de los trastornos más comunes, en el cual el paciente experimenta pausas en la respiración durante el sueño. Además de la apnea del sueño, existen otros trastornos que también pueden afectar cómo nos despertamos por la mañana.
3. Ansiedad Nocturna
La ansiedad nocturna es un fenómeno asociado al insomnio que algunas personas experimentan. Se trata de una desagradable sensación en la que la mente no logra desconectarse, lo que genera un círculo vicioso en el que se desea dormir pero los pensamientos negativos persisten una y otra vez.
El cuerpo necesita descansar, pero la mente no consigue relajarse. Nuestra mente tiende a rumiar de manera natural, y si intentamos conciliar el sueño pensando en ello, solo empeoraremos la situación. Para revertir esta situación, es recomendable utilizar técnicas como la del 4-7-8, que forma parte de la práctica de respiración del yoga (Pranayama) y fue popularizada por el Dr. Andrew Weil. Además, haber experimentado eventos estresantes o traumáticos predispone a las personas a tener pensamientos intrusivos, lo que dificulta conciliar el sueño y dormir profundamente.
4. Mala Higiene del Sueño
La higiene del sueño se refiere a los hábitos y prácticas que llevamos a cabo antes de acostarnos y que afectan positivamente la calidad de nuestro sueño. Por ejemplo, ver televisión por las noches o utilizar un almohadón incómodo aumenta las probabilidades de interrumpir el sueño reparador. Por otro lado, realizar ejercicio físico, llevar una dieta saludable, evitar estimulantes, mantener horarios regulares para acostarse y levantarse, entre otras prácticas, influyen de manera positiva en nuestra calidad de sueño.
5. Consumo de Alcohol
El alcohol es una de las drogas más consumidas y suele asociarse con momentos de ocio. Sin embargo, aunque puede ayudar a conciliar el sueño inicialmente debido a sus efectos sedantes, interrumpe el sueño más adelante, lo que provoca despertares nocturnos y una sensación de somnolencia al despertar por la mañana. Un estudio australiano demostró que el consumo frecuente de bebidas alcohólicas provoca una mayor actividad cerebral durante la noche, lo que dificulta el sueño y contribuye al cansancio matutino.
6. Consumo de Medicamentos
El alcohol no es la única sustancia que puede hacer que nos despertemos cansados. Algunos medicamentos, especialmente aquellos diseñados para ayudar a conciliar el sueño, pueden tener efectos secundarios como la somnolencia, especialmente aquellos pertenecientes a la familia de los antihistamínicos H1. Esto puede generar sensación de cansancio y somnolencia al despertar, a pesar de haber dormido lo suficiente.
7. Depresión
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que puede dificultar el levantarse por la mañana. Las personas que padecen depresión suelen experimentar un deseo constante de permanecer en la cama y suelen sentirse cansadas durante la mayor parte del día, incluso sin haber realizado esfuerzos físicos intensos que expliquen esa fatiga.