Mal de Parkinson: síntomas y señales de alerta

Cuáles son los síntomas del Parkinson. Por qué se produce esta enfermedad y a cuántas personas afecta en el mundo.

11 de abril, 2024 | 17.45

El Día Mundial del Parkinson se conmemora cada 11 de abril con el objetivo de informar sobre esta enfermedad neurodegenerativa y sus síntomas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 100 personas en el mundo sufre de Parkinson, convirtiéndolo en una condición neurológica frecuente después del Alzheimer.

La celebración del Día Mundial del Parkinson comenzó en 1997, cuando la OMS estableció esta fecha en honor a James Parkinson. Él fue un médico clínico, neurólogo, paleontólogo y sociólogo británico que en 1817 diagnosticó por primera vez esta enfermedad. En su libro Un Ensayo sobre la Parálisis Agitante describió la parálisis agitante y los temblores característicos. Más tarde, en 1860, el neurólogo francés Jean Martin Charcot decidió nombrarla Parkinson en honor a su predecesor.

El Parkinson es una enfermedad crónica, degenerativa y progresiva que afecta al sistema nervioso. Se produce debido a la degeneración de células en el cerebro que dejan de producir dopamina, una hormona que regula la motricidad. Esto provoca dificultades en la realización de acciones que antes eran simples.

La enfermedad de Parkinson conlleva diferentes alteraciones neurológicas que afectan la autonomía del paciente, la movilidad, la coordinación y la rigidez muscular. El diagnóstico del Parkinson generalmente se produce en etapas más avanzadas, cuando los síntomas son más notorios. Según la OMS, la edad más común de detección es entre los 55 y 60 años y afecta principalmente a los hombres.

En los primeros estadíos, el Parkinson presenta signos sutiles que a menudo pasan desapercibidos. Estos síntomas prematuros pueden ser malinterpretados al principio. A medida que la enfermedad progresa, aparecen otros signos más evidentes que suelen llevar a una consulta médica. Estos síntomas son persistentes y pueden comprometer la autonomía del paciente.

Además, algunos pacientes con Parkinson también pueden sufrir depresión, como resultado de la pérdida de control y las limitaciones causadas por esta enfermedad. Por eso, es importante prestar atención a las señales de alerta y acudir al médico para obtener un diagnóstico temprano. Esto puede ayudar a desacelerar el progreso de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.

Parkinson en Argentina: cifras y avances en su tratamiento

El Parkinson, también conocido como "parálisis agitante", es una enfermedad neurológica que afecta alrededor del 1% de los mayores de 60 años en todo el mundo. Fue descubierta por el neurólogo británico James Parkinson en 1817 y desde entonces fue objeto de estudio y avances científicos.

A pesar de que se ha aprendido mucho sobre esta enfermedad, todavía queda mucho por descubrir en el campo de la neurociencia. Se sabe que el Parkinson causa trastornos del movimiento y el sueño, así como dolor, y en algunos casos incluso puede llevar a la demencia. Afecta más a hombres que a mujeres y solo se presenta en alrededor del 1% de los adultos mayores. En la Argentina, si bien no hay cifras oficiales, se calcula que cerca de 100 mil personas conviven con esta enfermedad.

El diagnóstico de Parkinson suele darse en personas mayores de 60 años, aunque también puede aparecer en edades más tempranas. Los síntomas principales incluyen temblores, contracciones musculares y dificultad para hablar. Es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común después del Alzheimer.

Aunque aún no hay una cura definitiva para el Parkinson, existen tratamientos que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes. Por ejemplo, el medicamento levodopa carvidopa se utiliza para aumentar los niveles de dopamina en el cerebro, lo que puede aliviar algunos síntomas. Sin embargo, esta droga sigue siendo poco accesible en muchos países en desarrollo, como Argentina.

A pesar de esto, hay muchas otras formas de abordar y tratar el Parkinson. Se demostró que realizar ejercicios manuales durante tan solo 15 minutos al día puede ayudar a mejorar la destreza y los movimientos de las personas afectadas. Estos tratamientos pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes.

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