Salió a la luz el extraño caso de un joven estadounidense de 27 años que es alérgico a su semen y padece una extraña condición: el síndrome posorgásmico. De qué se trata esta preocupante enfermedad que le impide tener una vida sexual placentera.
El síndrome posorgásmico obligó al joven a abstenerse de tener relaciones sexuales durante nueve años dados los fuertes síntomas que no cesan cada vez que eyacula: congestión nasal, dolores musculares y un malestar similar a la gripe que puede extenderse durante una semana. Además, llegó a tener inflamaciones en la piel y las glándulas linfáticas de su cara y cuello a medida que se acercaba al clímax sexual.
“Debido a la naturaleza angustiosa de sus síntomas, evitó activamente cualquier actividad sexual o relaciones románticas”, indicaron en un estudio de la revista Urology Case Reports que se viralizó, asegurando que a pesar de las múltiples pruebas de especialistas médicos no hubo, hasta ahora, resultados positivos. No todas son malas noticias, pues también se realizó un esperanzador descubrimiento: los antihistamínicos como la fexofenadina tiene una acción prolongada y logran reducir los síntomas del paciente en un 90%, permitiendo que pueda tener relaciones sexuales con baja tasa de riesgos.
Se estima que otros 60 hombres de todo el mundo padecen el extraño síndrome posorgásmico. “Muchos proveedores de salud no lo saben, y mucho menos el público, pero, dado que tan pocas personas conocen la afección, podría haber muchas más personas viviendo con ella. Es más que probable que esté infradiagnosticado, con muchos pacientes por ahí”, indicó el investigador Andrew Shanholtzer, de la Facultad de Medicina William Beaumont tras la reciente viralización del estudio.
Se cansó de los orgasmos de su vecino y lo trató de "orangután"
Las redes sociales hicieron viral un insólito reclamo de índole sexual, en un edificio: una persona se cansó de los gritos orgásmicos de uno de sus vecinos y le dejó una picante nota de reclamo, amenazándolo con llamar a Servicio de Protección a la Naturaleza en caso de que se repitan los sonidos selváticos.
"Esto lleva pasando ya algún mes que otro en mi edificio. Hoy, alguien ya cansado/a ha decidido poner esta nota en la entrada, estoy gritando", tuiteó el usuario @peedrovidaal dando cuenta del particular drama sexual que perturba a los vecinos de su edificio. "Al vecino del 2°, tanto yo como el resto de la calle entera, estamos hartos de escuchar los gritos que pegas cuando estás haciéndolo (sobre todo tu novia)", se lee en el descargo indignado que se viralizó en redes.
"Aquí hay más parejas y solo se los escucha a vosotros y no es medio normal. Entendería que se pudiera oír un poco, pero esto es una burrada", siguió la fulminante nota de queja a los ruidos de calentura que alteran el clima del edificio y traspasan las paredes.
La nota cierra con una advertencia amenazante que compara a la pareja fogosa con criaturas del reino animal: "Como esto siga así llamaré a la policía o al Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza en España), no sé si lo que grita es una mujer o un orangután en celo, a mí se me bajaría solo de escucharla, pero bueno para gusto colores”.