El plástico se convirtió en un elemento omnipresente en nuestras vidas cotidianas. Desde los envases de comidas y bebidas hasta los objetos de uso diario, este material derivado del petróleo está en todas partes. Sin embargo, su uso desenfrenado desencadenó una crisis global de contaminación que amenaza tanto al medio ambiente como a la salud humana.
Microplásticos: qué son y cómo afectan al medio ambiente
Los microplásticos, diminutos fragmentos de plástico que se descomponen en el medio ambiente, representan una de las mayores amenazas para la salud de nuestro planeta y de sus habitantes. Con menos de 5 mm de diámetro, estas partículas contaminan los océanos, el suelo y el aire, ingresando inadvertidamente a nuestros cuerpos a través de la comida, el agua y la respiración.
Impacto en la salud humana
La presencia de plástico en nuestro organismo puede tener consecuencias devastadoras para la salud. Desde inflamación hasta genotoxicidad y estrés oxidativo, los efectos adversos asociados con la exposición a microplásticos son variados y preocupantes. Más de 13 mil sustancias químicas tóxicas vinculadas al plástico pueden trasladarse a lo largo de su ciclo de vida, contaminando nuestro entorno y nuestra salud.
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La investigación de la WWF
Un estudio encargado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y llevado a cabo por la Universidad de Newcastle en Australia revela datos alarmantes sobre la ingesta de plástico por parte de las personas. Según esta investigación, los humanos podrían estar consumiendo hasta 5 gramos de plástico por semana, lo que equivale al peso de una tarjeta de crédito. Este estudio combinó datos globales sobre la ingesta de plástico en humanos y sugiere que las personas pueden ingerir hasta 2.000 pequeños trozos de plástico por semana, acumulando aproximadamente 250 gramos al año.
La crisis de los residuos plásticos
A nivel mundial, se producen aproximadamente 300 millones de toneladas de residuos plásticos cada año, pero solo se recicla el 14% de este total. Esto significa que la gran mayoría del plástico generado termina en vertederos, océanos y ecosistemas, perpetuando la crisis de contaminación que enfrentamos.