Existe una amplia variedad de opciones de desayunos ricos y saludables que pueden fortalecer tu organismo e incluso ayudarte a bajar de peso. Más allá de las tostadas, uno de los alimentos más elegidos por las personas para romper el ayuno, hay otros alimentos todavía más nutritivos que pueden ayudarte a fortalecer tu salud cardiovascular, reducir tus niveles de colesterol y perder peso, en caso de que lo necesites.
El desayuno es la comida más importante del día, y es por esto que debemos elegir alimentos que nos den la energía suficiente para estar sanos y fuertes. Para esto, es ideal elegir alimentos ricos en fibra, como la avena, que además, tiene enormes beneficios para el organismo. ¿Qué ventajas tiene desayunar con avena y cómo consumirla?
Qué es la avena y qué beneficios tiene consumirla
La avena es un cereal de la familia de las gramíneas y originario de Asia central. Es consumida en todo el mundo debido a sus múltiples propiedades para el organismo, como su alto contenido de fibra soluble, proteínas, carbohidratos, magnesio, hierro, grasas solubles, antioxidantes, minerales y una gran variedad de vitaminas. La avena se puede consumir en diversas formas, como copos de avena, avena instantánea, avena molida o harina de avena.
- Protege el corazón y regula los niveles de azúcar en sangre: la avena ayuda a reducir el colesterol LDL, por lo que es muy beneficiosa para reducir la presión arterial y la inflamación. Gracias a su fibra soluble, la avena es muy buena para regular los niveles de azúcar en la sangre (muy importante para la salud del corazón), ya que ralentiza la absorción de carbohidratos y mejora la sensibilidad a la insulina.
- Reduce el colesterol: la avena tiene betaglucanos, un tipo de fibra soluble que reduce los niveles de colesterol LDL en la sangre. De igual manera, esto resulta muy beneficioso para prevenir problemas cardíacos.
- Tiene propiedades antioxidantes: la avena tiene antioxidantes como avenantramidas y vitamina E, que ayudan a combatir el estrés oxidativo en el cuerpo y prevenir el daño celular.
- Ayuda a controlar el peso: al ser un alimento que genera saciedad por su alto contenido en fibra, puede ser una muy buena opción para controlar el peso. Esto ayuda a que el estómago se mantenga lleno por más tiempo, sin necesidad de consumir otros alimentos con más grasas o calorías durante la mañana.
- Fortalece el sistema inmunológico y la salud ósea: la avena contiene proteínas, vitamina B, vitamina E, magnesio, hierro, zinc. Estos nutrientes y minerales son fundamentales para el sistema inmunológico, el metabolismo y la salud ósea.
Ideas de desayunos con avena: cómo consumirla
- Avena cocida con frutas: la opción más clásica es la avena cocida. Para esto, podés prepararla cocida con agua o con leche y agregarle trozos de frutas (como banana, manzana, frutillas, kiwi, frutos rojos), frutos secos y/o semillas de chía. Además, podés agregarle miel, mantequilla de maní o canela.
- Panqueques de avena: agarrar un bol y mezclar la avena cruda con dos huevos, banana (opcional) y una cucharadita de polvo para hornear. Cuando la mezcla esté homogénea, cocinarla en una sartén previamente engrasada y a fuego mínimo. Una vez listos, podés agregarles trozos de fruta, salsas dulces, miel, mantequilla de maní o canela.
- Batido de avena y frutas: otra opción muy fácil y nutritiva es un batido de avena con agua o leche y frutas. Para hacerlo más proteico, se recomienda prepararlo con leche y una banana. Para esto, deberás mezclar la avena con leche en una licuadora, junto con banana o la fruta que elijas. También podés agregarle mantequilla de maní.
- Chía pudding: el chía pudding es un postre muy nutritivo y sabroso. Para prepararlo, agarrá un bol, agregale leche y remojá la avena y semillas de chía. Guardá la mezcla en la heladera durante toda la noche. Por la mañana, podés agregarle frutos secos o trozos de fruta.
- Barras de avena: en un bol, mezclá la avena con miel y frutos secos previamente triturados. También podés agregarle chispas de chocolate. Poné la mezcla en una bandeja para hornear y guardala en la heladera hasta que esté firme. Luego, cortala en barras y guardalas en la heladera nuevamente.