El Rey Carlos de Inglaterra y su esposa Camila irán y regresarán de su coronación el próximo mes en los carruajes reales más antiguos y nuevos de Reino Unido, en una gran procesión que será más corta que la que llevó su madre hace 70 años, informó el domingo el Palacio de Buckingham.
Carlos será coronado en la abadía londinense de Westminster el 6 de mayo en una ceremonia llena de pompa y ostentación, con tradiciones que se remontan a hace 1.000 años.
El palacio ha ido desvelando poco a poco los detalles del acto, que tendrá algunas diferencias con el de la reina Isabel en 1953, sobre todo en su escala, reflejo en parte de la era moderna y de la actual crisis del costo de la vida.
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El rey y su esposa serán trasladados del Palacio de Buckingham a la Abadía en el carruaje de Estado del Jubileo de Diamante, construido para conmemorar los 60 años de Isabel en el trono y utilizado por primera vez en 2014.
El interior del carruaje incluye muestras de objetos tomados de edificios y palacios históricos, mientras que en la parte superior se encuentra una corona dorada, tallada en roble del HMS Victory, uno de los buques insignia de la Armada Real del siglo XVIII.
Tras el servicio religioso, la pareja regresará en la Procesión de la Coronación, que, aunque mucho más grande que su viaje a la Abadía, será aproximadamente un tercio del recorrido de 7,2 km (4,5 millas) que hizo Isabel cuando millones de personas se agolparon en las calles de Londres para presenciarla.
Para ello, Carlos y Camila viajarán en la Carroza de Estado Dorada, de 260 años de antigüedad, que se ha utilizado en todas las coronaciones desde la de Guillermo IV en 1831 y que fue utilizada por primera vez por Jorge III para acudir a la Apertura de Estado del Parlamento en 1762, cuando aún era rey de las colonias americanas de Gran Bretaña.
Mide 7 metros de largo, 3,6 metros de alto, pesa cuatro toneladas y necesita ocho caballos para tirar de ella.
"Por eso solo se puede usar a paso de hombre, lo que añade majestuosidad y nobleza a esta gran procesión real", explica Sally Goodsir, conservadora de artes decorativas de la Royal Collection Trust.
Sin embargo, en un documental emitido en 2018, Isabel describió su viaje desde el Palacio de Buckingham hasta la Abadía en el carruaje como "horrible", diciendo que no era muy cómodo.
En un ejemplo de la naturaleza moderna de la coronación, el palacio también anunció que se había revelado un nuevo emoji para coincidir con el evento, basado en la histórica Corona de San Eduardo que se colocará en la cabeza de Carlos durante el servicio.
Con información de Reuters