Las tortas fritas son una genial idea para acompañar con mate, te o café en días de lluvia. Es una receta que resulta sencilla de hacer y que es perfecta para consumir en cualquier momento. Aunque la versión más común incluye grasa, existe la forma de hacerlas sin ella y de que queden un poco más ligeras.
Ingredientes
- 250 gramos de harina de trigo
- 250 gramos de harina especial de repostería o harina leudante
- 1 cucharada pequeña de sal
- 1/2 cucharada pequeña de azúcar
- 1 taza grande (unos 300 ml.) de agua
- 2 cucharadas de aceite y, además, aceite para freír
- 150 gramos de azúcar para rebozar las tortas
Pasos a seguir
Mezcla los dos tipos de harina y viértelas en un bol tamizándolas para que se aireen. En tu montaña de harina, haz un orificio en el centro de unos 3 cm de diámetro apartando una pequeña cantidad con tus manos. Esta es una receta de tortas fritas sin grasa y sin levadura. En ese hueco que has formado en el centro, vierte la cucharada pequeña de sal, la media de azúcar y, seguidamente, las tres de aceite de girasol. Calienta la taza de agua en el microondas (o en un cazo al fuego) solo unos segundos, sin que llegue a hervir. Estando templada, vierte el agua al bol donde tienes la harina junto con el resto de ingredientes.
Llega el momento de formar la masa de las tortas fritas fáciles. Mezcla todos los ingredientes primero con ayuda de una cuchara y luego con tus propias manos. Cuando la harina y el agua empiecen a ligar, saca la masa del bol y continúa dándole forma en una superficie plana, limpia y enharinada para que te resulte más sencillo seguir amasando. Hazlo realizando movimientos envolventes hasta obtener una masa homogénea, compacta y sin grumos. Para que te hagas una idea, necesitarás un tiempo de amasado de al menos 10 – 15 minutos.
Cuando hayas obtenido la masa, dale forma de bola y envuélvela en papel film o en un paño humedecido y limpio. Déjala reposar un mínimo de 15 – 20 minutos. Si la dejas algo más de tiempo, no pasará nada. La masa permanecerá inalterable y en perfecto estado para su uso durante horas, incluso te aguantará de un día para otro.
Pasado el tiempo mínimo, retira el paño o film y dale a la masa forma de rulo. Hecho esto, córtala en porciones pequeñas para poder hacer bolitas con tus propias manos, una por cada torta que vas a preparar. El siguiente paso es estirar la masa. Coge una de las bolas y aplánala con la palma de la mano. A continuación, estira con el rodillo. La masa no debe quedarte demasiado fina, ni tampoco tienes que preocuparte si la forma que adquiere resulta irregular.
Cuando tengas la torta ya estirada, es importante hacer con tu dedo un orificio en el centro o, si lo prefieres, un aspa con la punta de un cuchillo. De esta manera, se podrán freír más fácilmente y de manera homogénea. En una sartén, pon abundante aceite de girasol y caliéntalo a fuego medio. Antes de iniciar la fritura, el aceite debe estar bien caliente, pero sin que llegue a humear. Fríe las tortas en pequeñas cantidades, es decir, echando a la sartén 2 unidades, o máximo tres, en cada tanda. Deja que se doren unos minutos y dales la vuelta con ayuda de unas pinzas o tenedor para que queden hechas por las dos caras.
A medida que estén hechas, ve sacando las tortas fritas y colócalas en una fuente sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Si te apetecen tortas fritas sin grasa dulces, coloca en un bol azúcar y pasa cada una de ellas por el azúcar cuando aun estén calientes, para que esta quede adherida fácilmente. Rebózalas bien por ambas caras.