La comida es uno de los principales motores del cuerpo humano. Los nutrientes adecuados proveen la energía necesaria para impulsarse a hacer las tareas más vertiginosas, y por sobre todo activando al cerebro. Es que una dieta bien balanceada puede llevar a un mejor funcionamiento del organismo y por consecuencia a tener una mejor salud. Por esto es que a continuación te contamos cómo cocinar platos ricos y saludables para el invierno.
En Argentina las bajas temperaturas están pegando fuerte, con escasos grados que causan olas de frío polar. En ciudades como la de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires se llegó a mínimas de dos grados. Esto hace que tanto los chicos en casa como los propios adultos pidan por platos de comida caliente.
Guisos, sopas, y el plato sorpresa
Hacer una ensalada, por más sencilla que pueda llegar a ser, no es tan rentable en estos momentos como un delicioso guiso o una sopa cremosa. Los estofados tampoco escapan del podio de platos preferidos para este invierno. ¡Y qué decir de la polenta! Este es una especie de comodín que sigue sorprendiendo por la rapidez de su cocción.
La polenta se puede comer con queso (el cual se lo coloca apenas se termina se hacer para que así el queso cremoso se derrita en ella) o con una salsa especial hecha para la ocasión. En ese caso no te tendrán que faltar los ingredientes básicos para una buena salsa, los cuales son:
● Salsa de tomate: puede ser casera o la comprada en el supermercado, donde encontrarás incluso “salsas listas” y por otra parte el famoso puré de tomate.
● Verduras: Los clásicos e infaltables son la cebolla, ajo, morrón, zanahoria, cebolla de verdeo y por supuesto más tomate si así lo deseas. Sin embargo, no nos olvidemos que aunque cueste creerlo, ¡el tomate es una fruta!
Dato curioso: ¿Sabías por qué el tomate es una fruta y no una hortaliza o verdura? La explicación es muy sencilla y resuelve en pocos segundos la incógnita alimentada por años de colocar el tomate junto a las verduras. Se lo considera una fruta porque es producto del ovario de una flor, siendo la parte comestible de una planta que contiene semillas. Por esta definición también podríamos decir que los pepinos y las calabazas también son frutas, botánicamente hablando. En la sociedad la costumbre es tratar a todos estos productos como verduras.
Las especias, un factor clave para hacer comidas riquísimas
Ahora bien, volviendo a los ingredientes para hacer una gran salsa -información que te servirá para una infinidad de platos, no solamente para enriquecer tu polenta- un factor crucial que mejorará cualquiera de tus comidas son las especias. El tomillo y las hojas de laurel destacarán tus salsas por sobre cualquier otra, dándole un sabor único.
Los distintos tipos de pimientos también harán un gran cambio a favor del cocinero o cocinera. Existe el pimentón picante así como el pimentón dulce. Cualquiera de los dos, utilizado con las correctas proporciones, le dará un sabor especial a tus guisos.
Nuevos sabores y aromas se encuentran a la vuelta de la esquina. Está literalmente en tus manos colocarlos en la olla para hacer preparaciones con condimentos que potenciarán los buenos gustos del paladar. Recordá siempre mantener una mezcla equilibrada de los mismos. ¡No vaya a ser que con demasiado picante el guiso se termine convirtiendo en un chili!
Además, especias como el comino, cúrcuma, anís, canela, romero, orégano, incluso el café aunque no lo creas, no sólo aromatizan la comida, sino que también poseen propiedades que sirven como antioxidantes y antibacterianos. Por supuesto que quienes tengan reacciones alérgicas deben tener cuidado con lo que se sabe que podría generar efectos adversos en su salud.
Comidas para el invierno: cómo hacer un guiso de lentejas
Las variedades son muchas y gracias al Internet se puede conseguir la forma de hacer desde un huevo cocido hasta una suprema bomba de papa rellena de jamón y queso. Mencionamos al guiso, el cual puede ser de lentejas o de carne y fideos. Para el primero se necesitarán 350 gramos de lentejas, un chorizo colorado, 250 gramos de roast beef, una cebolla y una papa grandes, una zanahoria y morrón, dos tomates secos, dos dientes de ajo, medio vaso de puré de tomate, y algunas especias como el perejil.
Los pasos a seguir para hacer un guiso son bien sencillos. En principio se cortan las verduras para ya tenerlas listas al momento de colocarlas en la olla. Luego en esta se pone a cocinar el chorizo colorado y se le coloca aceite para dorar la carne y el chorizo. Estando ambos medianamente dorados, se los saca sin limpiar la olla para luego colocar la cebolla, el morrón y el ajo. De esta forma se absorberá el sabor de la carne.
Para que las verduras larguen el agua que pueden seguir teniendo se le debe colocar un poco de sal sobre ellas al momento de la cocción. Una vez que la cebolla se encuentre transparente agregar el tomate. Durante al menos tres minutos se debe revolver la mezcla, notando así que el rojo se volverá cada vez más intenso.
Luego se vuelven a agregar las carnes, incluso panceta si se eligió sumarla al roast beef y al chorizo colorado, tirando un chorro de vino. Una vez evaporado este, agregar la zanahoria, las papas y los tomates secos. Se evaporará en no más de tres minutos, aunque puedes darte cuenta cuando éste deje de emanar olor a alcohol. A continuación llega el momento de sumar los condimentos como la sal, pimienta y ajo en polvo.
Finalmente se le agregan las lentejas y agua caliente para tapar la olla y dejar que se cocine bien a fuego moderado. Es importante que no dejes de abrir la olla y revolver de forma continua. Para que pueda cocinarse siempre debe haber agua caliente que cubra a todas las lentejas. Al evaporarse el agua y estar cocidas las lentejas solo queda degustar el exquisito plato preparado.