Las recetas de papas fritas son clásicos irresistibles, pero lograr que queden sequitas y crocantes no siempre es tarea sencilla. Aquí te compartimos algunos trucos infalibles para que consigas papas fritas perfectas cada vez que las prepares.
Elegí la papa adecuada
El tipo de papa que elijas es fundamental para el resultado final. Las papas que contienen más almidón, como las variedades russet o las papas blancas, son ideales para freír. Estas papas absorben menos aceite y se doran de manera uniforme, logrando una textura crujiente por fuera y suave por dentro. Evitá las papas cerosas, como las rojas, ya que tienden a volverse blandas y no logran la misma crocancia.
Cortá las papas en tiras uniformes
El corte de las papas es clave para que se cocinen de manera pareja. Utilizá un cuchillo afilado o una mandolina para cortar las papas en tiras uniformes. Un grosor de aproximadamente medio centímetro es ideal. Si las tiras son muy gruesas, tardarán más en cocinarse y podrían quedar blandas en el centro. Si son muy finas, pueden quemarse antes de que se cocinen por completo.
Remojá las papas en agua fría
Una vez que hayas cortado las papas, es importante remojarlas en agua fría durante al menos 30 minutos. Este paso ayuda a eliminar el exceso de almidón, lo que evitará que las papas se peguen entre sí y contribuirá a que queden más crujientes. Además, el agua fría también ayuda a que las papas mantengan su forma durante la fritura.
Secá las papas a la perfección
Después de remojarlas, es crucial secar las papas completamente antes de freírlas. El agua residual puede causar que el aceite salpique y también puede impedir que las papas se frían de manera uniforme. Utilizá toallas de papel o un paño de cocina limpio para secarlas bien. Este paso es fundamental para lograr papas fritas bien sequitas.
Freí las papas en dos fases
Para obtener papas fritas crujientes, es recomendable freírlas en dos fases. Primero, calentá el aceite a 140-160°C y freí las papas durante unos 5-6 minutos. Este primer paso es para cocinar el interior de las papas sin que se doren demasiado. Luego, retiralas del aceite y dejá que se enfríen durante unos minutos. Después, aumentá la temperatura del aceite a 180-190°C y volvé a freírlas hasta que estén doradas y crujientes, unos 2-3 minutos más.
Escurrí el exceso de aceite de las papas
Una vez que las papas estén doradas y crocantes, retíralas del aceite y colocálas sobre una bandeja con papel absorbente. Esto ayudará a eliminar el exceso de aceite, dejando las papas bien sequitas. Podés espolvorearlas con sal inmediatamente después de retirarlas del aceite para que la sal se adhiera mejor.
Servi las papas inmediatamente
Las papas fritas son mejores cuando se sirven recién hechas. A medida que se enfrían, pueden perder parte de su crocancia, por lo que es recomendable servirlas de inmediato. Si necesitás prepararlas con anticipación, mantenelas calientes en un horno a baja temperatura (unos 100°C) para conservar su textura.