La historia tiene muchos reyes y reinas que han llegado al trono de manera inesperada o muy repentina. Uno de los países con más cantidad de líderes de la realeza jóvenes es España. Un ejemplo claro es el de Isabel II, conocida como “la de los Tristes Destinos”, quien fue reina entre 1833 y 1868, desde la edad de 3 años, gracias a la derogación del Reglamento de sucesión de 1713 que permitía a la descendencia femenina del rey sucederle en el trono tras su fallecimiento. Sin embargo, fue el rey Alfonso XIII quien le ganó a Isabel y logró convertirse en la persona más joven de la monarquía española. Cuántos años tenía y cuál es su curiosa historia.
La curiosa historia de Alfonso XIII: el rey más joven de España
Alfonso XIII se convirtió en rey al nacer y es el gobernante más joven de toda la historia. Nació el 17 de mayo de 1886 y en ese mismo momento fue coronado rey de España, aunque tuvo que esperar hasta sus 16 años para asumir todas las funciones relativas al cargo. Fue el hijo póstumo de Alfonso XII: la inesperada muerte del Rey el 25 de noviembre de 1885 provocó una crisis que llevó al Gobierno presidido por Práxedes Mateo Sagasta a paralizar el proceso de sucesión a la Corona a la espera de que la viuda del rey, María Cristina de Habsburgo, diera a luz.
Durante la minoría de edad de Alfonso XIII, fue su madre la que asumió la regencia (entre 1885 y 1902). Ya al cumplir los 16 años, el rey más joven de la historia española comenzó a cumplir las funciones de monarca. Durante su reinado en España, se cree que el país experimentó cuatro problemas que finalmente llevaron al quiebre de la monarquía liberal: la falta de una verdadera representatividad política de amplios grupos sociales, la mala situación de las clases populares, en especial las campesinas, los problemas derivados de la guerra del Rif y el catalanismo.
Las turbulencias políticas y sociales iniciadas con el desastre del 98 impidieron que los partidos lograran implantar una verdadera democracia liberal, lo que condujo al establecimiento de la dictadura de Primo de Rivera, aceptada por el monarca. Con el fracaso político de esta, el monarca impulsó una vuelta a la normalidad democrática con intención de regenerar el régimen. No obstante, fue abandonado por toda la clase política, que se sintió traicionada por el apoyo del rey a la dictadura. Así, Alfonso XIII abandonó España voluntariamente tras las elecciones municipales con las que se proclamó la Segunda República Española, el 14 de abril de 1931.
Falleció en un hotel lujoso de Roma el 28 de febrero de 1941, por una angina de pecho. Fue inicialmente enterrado allí y sus restos fueron trasladados al Panteón de los Reyes del Monasterio de El Escorial recién en 1980.