En la historia de la familia Zorreguieta, un episodio en particular destaca por la tristeza que generó en Máxima Zorreguieta: la ausencia de su padre, Jorge Horacio Zorreguieta, en su boda. Este evento, que tuvo lugar en febrero de 2002, estuvo marcado por controversias políticas y decisiones parlamentarias que impidieron su participación.
Contexto político y decisiones parlamentarias
El impedimento para que Jorge Zorreguieta asistiera a la boda de su hija fue resultado de una decisión del Parlamento holandés a fines de 2001. Este organismo determinó que Zorreguieta no debía viajar a la boda tras recibir reclamos de organismos de derechos humanos. La controversia se centraba en el papel de Jorge Zorreguieta como secretario de Agricultura y Ganadería durante la última dictadura militar argentina, un período oscuro de la historia argentina que dejó profundas cicatrices en la sociedad.
Holanda había sido un país receptor de exiliados políticos argentinos desde marzo de 1976, fecha en que comenzó la dictadura. La implicación de Zorreguieta en el régimen militar generó una fuerte oposición en los Países Bajos, donde la memoria de los exiliados y las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura todavía resonaban intensamente.
La reacción del Parlamento holandés
La reacción del Parlamento holandés no se limitó a prohibir la asistencia de Zorreguieta a la boda. Inicialmente, hubo incluso expresiones en contra del propio matrimonio de Máxima con el entonces príncipe Guillermo. Sin embargo, finalmente se alcanzó un acuerdo que permitió la realización de la ceremonia, aunque con la condición de que el exfuncionario de la dictadura no estuviera presente.
Esta decisión fue un golpe doloroso para Máxima, quien reconoció públicamente el impacto emocional de la ausencia de su padre. "Era evidente que mi padre no vendría. Se cerraron acuerdos y éste es un evento constitucional donde mi marido se convertirá en rey y mi padre no tiene que estar", explicó Máxima en su momento, subrayando la naturaleza inevitable de la decisión, a pesar de la tristeza que le causaba.
Coronación sin la presencia paterna
La historia se repitió en otro momento crucial de la vida de Máxima: su coronación como reina consorte de los Países Bajos. Al igual que en su boda, Jorge Zorreguieta no pudo asistir a la ceremonia de coronación debido a las mismas razones que habían impedido su presencia en el matrimonio. La continuidad de esta medida subraya la seriedad con la que el gobierno holandés y sus instituciones abordaron el pasado político de Zorreguieta y su impacto en la sociedad holandesa.